AGENCIAS. LONDRES. Más de la mitad de los curas católicos procesados por pederastia en Inglaterra y Gales siguen aún en el sacerdocio, una revelación que eclipsa la visita que empieza hoy Benedicto XVI el Reino Unido.
Varios de estos sacerdotes reciben -tras cumplir una pena de cárcel- ayuda financiera de las autoridades religiosas, lo que pone en duda el compromiso de la Iglesia de proteger a los menores, señala el periódico The Guardian.
Al menos 14 de los 22 sacerdotes que han cumplido un año o más de cárcel siguen en el sacerdocio y diez aparecen en la última edición del Catholic Directory, un anuario oficial de la Iglesia. Sólo ocho de estos 22 curas han sido expulsados de la Iglesia.
El Papa Benedicto XVI empieza hoy una visita de Estado al Reino Unido, donde será recibido por la reina Isabel II y se reunirá con el primer ministro británico, David Cameron.
La visita del Pontífice no parece suscitar entusiasmo entre los británicos, aún escandalizados por el alcance de los abusos sexuales a menores de curas pederastas católicos.
Un grupo de víctimas de abusos ha pedido al Papa que responda al escándalo sexual con «hechos y no palabras».
Las víctimas, representadas por la asociación Supervivientes de abusos sexuales del clero, han recopilado un libro con sus mensajes personales e intentarán entregárselo al Pontífice durante los actos previstos en Inglaterra y Escocia, ya que sus peticiones para reunirse con él aún no han prosperado.
Con su viaje, el Papa espera relanzar el diálogo con los anglicanos tras abrir las puertas de Roma a los descontentos. La visita se realiza un año después de que el Vaticano anunciara la disposición de Benedicto XVI a acoger a todos los anglicanos que lo deseen y aprobara una constitución apostólica que prevé, entre otras, la ordenación de clérigos anglicanos ya casados como sacerdotes católicos.
Varios miles de anglicanos tradicionalistas, contrarios a las medidas demasiado aperturistas de la Comunión Anglicana, como la ordenación de mujeres y de homosexuales como obispos, ya han anunciado su regreso a la Iglesia Católica. Muchos de los 70 millones de anglicanos consideran la apertura del Vaticano una especie de anexión a Roma y la han criticado.