La reciente visita del Pontífice a Georgia y Azerbaiyán no tenía, evidentemente, el objetivo de bendecir a sus católicos: sólo el 0,1% de los 4,3 millones de georgianos, en su mayoría cristiano-ortodoxos, y el 0,01% de los 9,3 millones de un Azerbaiyán musulmán-chiita son católicos. En la patria de Stalin, donde su visita fue boicoteada por la Iglesia Ortodoxa, el Papa lejos de recibir un “baño de multitud” se encontró con un estadio de fútbol semivacío y las protestas de quienes le acusaron de querer “catolizar” a los ortodoxos. La invitación venía del presidente Giorgi Margvelashvili que tiene prisa por entrar en la en la OTAN y la UE, y utiliza al Vaticano para acercarse al Occidente. ··· Ver noticia ···
El Papa Francisco en las fronteras de Rusia -- Nazanín Armania
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