EL PAPA EN VALENCIA : UNA FOGATA DE VIRUTAS. Fraz Wieser (Perú)

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Somac

«Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes». No solamente
en el Fútbol se verifica esta verdad donde caen ídolos como Maradona,
Ronaldiño o Zidone. La misma figura del Papa se está dibujando. En tiempos
pasados los titulares de los periódicos en el Perú hubiesen exhibido en
todos los colores la espectacular escena de la visita del Papa en Valencia
el domingo 9.
Hoy, el día siguiente, ni una sola mención en los titulares de
la prensa capitalina. Unos diarios ni reportan en su interior sobre el
acontecimiento que reunía más de un millón y media de católicos.
Que la jerarquía católica se haya retirado de los medios masivas de
comunicación escritas en el país, es comprensible debido a la apatía en el
público con que cuenta el Opus Dei cuyo máximo exponente es el Cardenal
Cipriani.

De esta apatía los medios han hecho eco constantemente.
Pero, que esto suceda con esta visita del Papa en Valencia, sorprende. A un
creyente puede entristecer a otro satisfacer. Entristecer por la oportunidad
perdida que prestaría tal visita para profundizar en la Buena Neuva del
Evangelio que tanto le hace falta al mundo de hoy; satisfacer por la infeliz
posición fundamentalista y legalista del Papa, antes Prefecto de la Fe en la
Curia Romana, en asuntos de fe y moral. Muchos se preguntan: ¿Que puede un
Papa eunuco decir sobre la familia, sobre el matrimonio, y sobre las
energías creativas y asociativas de la sexualidad?

De ahí el boicot publicitario del espectáculo que, aparte de generar una
fogata de virutas, más exhibe poder imperial del papado que un testimonio
vivido de la fe.

Para Jesús la preocupación principal era el Reino de Dios. Y, este se no
genera la masa, sino el la fuerza del fermente dentro de la masa en forma
discreta y sin ruido.