El Papa en una decisión inédita y significativa, agrega 6 padres sinodales al equipo encargado de la relatoría final del Sínodo

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Con el Sínodo sobre la familia llegando a mitad de camino con una nota positiva, el Papa Francisco tomó la decisión inédita y altamente significativa de agregar seis padres sinodales altamente cualificados para el equipo que va a escribir el informe final. Esta decisión puede llegar a ser un punto de inflexión.
El informe es de Gerard O’Connell, publicado en la revista América, de los jesuitas de EE.UU., 11.10.2014 sitio web. La traducción es Claudia Sbardelotto para el portugués y de Amerindia para el español.

En casi toos los sínodos, en los últimos 49 años, el informe final fue preparado por el relator, el secretario especial y el secretario general. Se presumía que ell informe final del Sínodo 2014 iría a seguir dicho ejemplo y ser preparado por el cardenal húngaro Péter Erdö (relator), y por el teólogo italiano y arzobispo Bruno Forte (secretario especial) y el cardenal Lorenzo Baldisseri de Italia (secretario general) que está participando en el Sínodo por primera vez. Este ya no es el caso.

El Vaticano anunció el 11 de octubre que el Papa Francisco decidió añadir seis Padres sinodales altamente cualificados para ayudar en esta tarea onerosa e importante. Ellos son: el cardenal Gianfranco Ravasi (Italia, Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura) y Donald William Wuerl (Arzobispo de Washington, EE.UU.), los arzobispos Víctor Manuel Fernández (Rector de la Universidad Católica de Buenos Aires y principal asesor teológico del Papa en Aparecida en 2007), Carlos Aguiar Retes (Presidente del CELAM), Peter Kang U-IL (de la Conferência Episcopal Presidente de Corea) y el Padre Adolfo Nicolás Pachón (Superior general de la Compañía de Jesús).

El informe final será el texto clave que saldrá de este Sínodo Extraordinario, y estará basado en lo que se dijo en los discursos y debates. Es un documento muy importante, ya que servirá como base para la discusión en las conferencias episcopales y las iglesias de todo el mundo a partir de ahora hasta el Sínodo de octubre de 2015. Será el equivalente a un documento de trabajo en la preparación para el próximo Sínodo, que se espera que vendrá con propuestas importantes sobre la atención pastoral de la familia en el siglo XXI, incluyendo las relativos a la forma en que la iglesia responderá a los problemas de convivencia, la admisión de los católicos divorciados vueltos a casar, la comunión, otras situaciones irregulares, las uniones homosexuales y mucho más.

El Papa jesuita tomó esta importante decisión en el momento que la primera parte del Sínodo sobre la familia terminó con una nota optimista y los participantes van a la segunda etapa crucial donde discutirán en diez pequeños grupos lingüísticos, los temas claves y luego expresar sus opiniones mayoritarias y minoritarias sobre ellas.
En esta primera semana, los 253 participantes del Sínodo hablaron tanto con los textos preparados como de forma espontánea en un tema u otro del documento de trabajo que tenían designados para ese día especial. Ya han completado esa parte, pero ya resaltan varias cosas que son dignas de mención.

Para empezar, los participantes que participaron en los sínodos anteriores confirman que el clima de libertad y el método de funcionamiento de éste es significativamente diferente de los sínodos del pasado, y confirman que eso está produciendo resultados positivos.

Cada participante con quien hablo en privado, así como los que se reunieron con la prensa, dieron todo el crédito al Papa Francisco por la creación de un clima de libertad donde todo el mundo se siente totalmente libre de decir lo que realmente piensa sobre un tema determinado. «Las personas están muy relajadas, e incluso hacen bromas», comentó el arzobispo Diarmuid Martin de Dublín. ?l dijo que el Papa ha contribuido en gran medida a este clima, no sólo defendiendo que ellos hablasen libremente y con valentía desde el primer día, sino también llegando temprano todos los días, saludando a los participantes a su llegada, y la interacción con las personas en los intérvalos.

Se sabe que en los últimos sínodos, una censura discreta pero eficaz era ejercida por los funcionarios del Vaticano, pero lo que era aún más grave y perjudicial para la realización de un debate abierto y honesto era la «autocensura» ejercida por los propios obispos en estas reuniones. Don José María Arancedo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, afirmó eso sinceramente en una entrevista el 9 de octubre, cuando, refiriéndose a los sínodos anteriores, dijo: «La peor censura es la autocensura.»

Un segundo factor muy importante que diferencia este sínodo de los anteriores es que ha prevalecido el método «inductivo» en lugar de «deductivo». El Arzobispo Paul-André Durocher, presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá, destacó este aspecto particular en una reunión en el Vaticano el 9 de octubre.
«Lo que está ocurriendo en el Sínodo es que estamos viendo una forma más inductiva del pensamiento, partiendo de las situaciones reales de la gente … y descubriendo que la experiencia vivida por las personas es también una fuente teológica, un lugar de reflexión teológica,» dijo .

«Los obispos hablan como pastores??, confirmaron muchos participantes. Están hablando a partir de su experiencia personal y su convicción sincera sobre una amplia variedad de temas. A veces, lo están haciendo con gran pasión, también de las experiencias maritales de sus propios padres, sean felices o no.
Los obispos de Oriente Medio y África, así como parejas de aquella parte del mundo, hablaron muchas veces de una manera que encoge al corazón, sobre el terrible impacto de la guerra y la violencia en las familias, mientras que los obispos de Asia, África América Latina y hablaron de los efectos destructivos de la pobreza y la emigración en innumerables familias.

Un gran número de obispos habló sobre la situación de los niños en matrimonios deshechos – «los hijos ping pong» que se viven intercalado entre las casas de los padres divorciados, y aquellos en situaciones de guerra y de violencia, que resulta en la emigración. Hablaron de cómo la iglesia está respondiendo, en diferentes países, este tipo de situaciones y qué más se puede hacer.
Varios obispos reafirmaron que la Iglesia debe mostrar amor y respeto por los gays y las lesbianas. Hubo un consenso de que la Iglesia no puede pensar en el matrimonio a personas del mismo sexo como matrimonio, pero dejó en claro que no debe haber discriminación contra los hijos de esas uniones.
Muchos padres sinodales y algunas parejas hicieron hincapié en la necesidad de una adecuada preparación de las parejas que deseen contraer matrimonio en la Iglesia y la necesidad de apoyar a las parejas después de casado y con hijos. Otros hicieron hincapié en la necesidad de estar cerca de las viudas y los viudos y los que no tienen familias.
No existe un consenso sobre la cuestión de la indisolubilidad del matrimonio, pero hay una variedad de posiciones a la hora de aplicar este principio a los casos concretos. «Debemos ejercer nuestras responsabilidades pastorales en las zonas grises», dijo el arzobispo Martin en una conferencia de prensa en el Vaticano el 11 de octubre.
No fue una sorpresa para ver diferentes posiciones surgiendo entre los padres sinodales sobre cuestiones tales como la relación entre la doctrina y la práctica pastoral, la manera de combinar la misericordia con la justicia, como medir la fe cuando una pareja quiere casarse y la posibilidad de un camino penitencial, que puede abrir la puerta a la recepción de los sacramentos de la reconciliación, y de la comunión a los católicos divorciados vueltos a casar. Como era ya evidente antes del comienzo del Sínodo, hay dos posiciones diferentes sobre la cuestión de la admisión a la comunión de los católicos divorciados y vueltos a casar; lo que no está claro todavía es el nivel de apoyo a cada posición.
El Papa Francisco ha favorecido mucho el método inductivo; fue lo que funcionó bien en la reunión de Aparecida de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe (CELAM), en 2007, donde él fue el jefe de redacción del documento final, que ahora es un texto clave para entender su pensamiento. ?l está convencido de que el proceso sinodal puede dar sus frutos – incluso los más inesperados – si todos sus Padres sinodales participan con el corazón y la mente abiertos a lo que el Espíritu está diciendo en diferentes situaciones en el mundo de hoy.
Es de destacar que este clima de libertad promovido por el Papa y la metodología de sinodalidad que él promovió, ayudó a evitar la polarización en el Sínodo, y llevó a los participantes a pensar que una síntesis y un eventual consenso se puede lograr, incluso en los asuntos más polémicos hasta el final del proceso sinodal, en 2015.
En este lunes, 13 de octubre el cardenal Péter Erdo, relator del Sínodo, presentará a la asamblea una relatoría que resume las más de 240 conferencias o presentaciones escritas dadas durante la primera semana. Su informe servirá de base para las 15 horas de debate en 10 grupos lingüísticos (3 en italiano, tres en inglés, dos en francés y dos en español) durante los próximos tres días. ?l también ayudará en la estructuración de la relatoría final del Sínodo.
Las observaciones hechas por los diez grupos lingüísticos se insertarán en esta estructura y así resultará el informe final, ya mencionado, que será elaborado por los Padres sinodales nombrados anteriormente (el equipo original de tres más seis nuevos miembros nombrados por el Papa).
Los Padres sinodales votarán y aprobarán el informe final en la tarde del 18 de octubre. Este texto será entregado al Papa y, finalmente, enviado a las Conferencias y Patriarcados Episcopales de todo el mundo, y también se espera que sea lanzado a la prensa.

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