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A la muerte de Jesús de Nazaret los primeros cristianos se reunían para recordarlo. Al estar perseguidos, lo hacían a escondida. Eran unas reuniones informales, donde compartían comidas, experiencias??; todos eran iguales, ninguno era más que otro, las decisiones las tomaban entre todos; eran unas asambleas totalmente horizontales,la autoridad recaía en ellos mismos.
Esa manera de relacionarse se truncó a partir del año 313, cuando el emperador Constantino les ofreció sus basílicas,sus dineros, para que pudiesen rezar a su Dios con más ?dignidad??. Esa nueva realidad se convirtió en una estructura piramidal jerarquizada, donde ya unos eran más que otros. Como ha escrito el teólogo José María Marín Sevilla :?? Los herederos de San Pedro pasan de ser perseguidos a dominar, de servir a gobernar, de proponer a imponer??.
Y así surgió, con heroicas excepciones, que nos ha proporcionado la historia de la iglesia,una organización burocrática: cardenales , arzobispos,obispos..príncipes de la iglesia ,como se suele decir, con unos ropajes que eran y son signos de distinción y diferencias. Incluso actualmente vemos a monseñores con amplia capas rojas que tienen que ser sostenidas por ayudantes, por subordinados, por los nadie. Esta peculiar aristocracia la reflejó perfectamente Federico Fellini en su película ?Roma?? en el llamado desfile de modelos eclesiásticos.Todo ello alejado de la sencillez y el estilo del Nazareno. Esta peculiar forma de distribución tiene una premisa importante para avalarlas: la autoridad. Autoridad no siempre respaldada por la justicia, la ecuanimidad y el dialogo sincero y fraterno que inviten al discernimiento.
Y esto es lo que le ha pasado al ya,desgraciadamente,exparróco de Conil. La autoridad competente, el Sr. Zornoza lo ha enviado a un hospital, el de Puerto Real, con una figura peculiar en el lenguaje curial : ?a tiempo completo??.
Rafael Vez es,por diversas patologías médicas ,persona de alto riesgo y estoy seguro que los sanitarios del Clínico le habrán dicho que no es la persona adecuada para ser el capellán ni de ese ni de ningún hospital.
Como se diría en términos deportivos, la pelota está en el tejado del obispo de Cádiz-Ceuta .Yo invito al Prelado que se despoje de esa injusta autoridad ,se revista de humanidad, suspendiendo ese nombramiento.
La humanidad es ponerse en el lugar del otro, empatizar con el otro, con el cercano, con el prójimo.
Marcelino PORQUICHO.