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Existió una teología en la argentina que justificaba cierta violencia contra los otros por que los otros tan distintos eran violentos. En aquella época no pudo prosperar una teología del dialogo porque quien tenia todas las cartas del poder no quería sentarse con las victimas.
En nuestra época se esta aprendiendo a no ningunear y otras veces el conflicto trasciende la dialéctica rico pobres porque los sectores que se contraponen pueden ser ambos ricos o pobres igualmente pero de distintas formas
Ayer escuche una entrevista al obispo de la Plata en que se le preguntaba qué opinaba acerca de los dichos del vicepresidente, en cuanto restaba importancia al documento de los obispos, argumentando que nadie lo leía. El prelado señaló ?eso tiene que ver con quién es la persona que dice estas cosas?? dando a entender elegantemente que de ese funcionario no se puede esperar nada elocuente o lúcido. El
coloquio frustantre a priori, hace que cada uno no pierda tiempo escuchándose.
En la teología del vicepresidente su dios le dice que es inútil ?como dijera Néstor- hablar con gente sospechada de negocios oscuros entre la banca vaticana y el banco de Crédito platense que ve a los pobres por tv y que parte de un orden natural celestial para imaginar cómo deben vivir los hombres para salvar sus familias, no cometer abortos clandestinos ilegales, no ser víctimas de la inseguridad de la clase
media y buscar curarse si fueran homosexuales en las clínicas que esta ideología provee.
En el esquema del obispo es probable que no valga la pena discutir con un muchachito populista que toca la guitarra, sospechado por muchos, por hacer negocios desde su poder; que en su militancia política no se formo en la sana doctrina católica. Aquí aparecen las dos argentinas irreconciliables que señala el episcopado: la de la civilización y la barbarie, la de los peronistas incorregibles de Borges y la de los
gorilas vendepatrias. Las dos se creen la parte sana del país y los adalides, ora de las verdades absolutas ora de la suerte de los pobres. Ambas proyectan en el otro la sombra de la propia corrupción
¿Quién esta más cerca de limpiarla, el obispo el vicepresidente? No se sabe
Una vez le preguntaron a Lain Entralgo cómo se curó el accidentado que socorrió el buen samaritano si con el barro y la farmacopea del lugar que se le proveyó o con su compasión. El sabio medico respondió ?para mi lo más importante es que el samaritano se bajó del caballo.
Allí abajo, como los perros de Lowen, el obispo y el vicepresidente dejan de ladrarse. Por eso Uruguay es potencia democrática y es Iglesia Nelson Mandela. Son corazones reconciliados que nunca restan y siempre suman y no se sienten ni los adalides de los pobres ni los dueños de las verdades absolutas. La nueva argentina pasa por los que no subestiman a nadie ya defiendan los intereses populares,
defiendan los intereses individuales o de las minorías no alineadas a los poderes vigentes. Como se sabe, todos nos pertenecemos.
Leonardo Belderrain capilla Santa Elena parque Pereyra Iraola