Enviado a la página web de Redes Cristianas
Monseñor Juan Carlos Barreto confirmó la presión de algunos miembros del ejército contra los integrantes de las misiones humanitarias desarrolladas en los depar-tamentos de Chocó y AntioquiaExplicó que el 25 de noviembre de 2021, el comandan-te de la Fuerza de Tarea Conjunta TITANinterpuso una solicitud de aclaración o rectificación a los integrantes de las misiones porque considera que su testimonio atenta contra el buen nombre del ejército
Como portavoz de las comunidades el obispo de Quib-dó indicó que lo denunciado se ve en algunos lugares donde los paramilitares campan libres sin un control efectivo del ejército, aún contando con las facilidades para hacerloDe acuerdo con información proporcionada por la De-fensoría del Pueblo el 67% de la población está en riesgo, ante la indiferencia del gobierno por los dolores de los habitantes del pacífico colombianoPese a las amenazas y dificultades Monseñor Juan Carlos Barreto confirmó que los obispos del pacifico co-lombiano seguirán haciendo visitas pastorales a los te-rritorios y a las comunidades
Monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó y presidente de la comisión episcopal de Pastoral Social en Colombia, confirmó la presión de algunos miembros del ejército contra los integrantes de las misiones hu-manitarias desarrolladas en los departamentos de Cho-có y Antioquia, situación que se presentó tras las de-nuncias sobre las relaciones entre el denominado Clan del Golfo y la fuerza pública con jurisdicción en esta zo-na del país.
Así lo ratificó el obispo en declaraciones al blog «Hacia elumbral» del periodista Miguel Estupiñán.Paramilitares libresEl prelado explicó que el 25 de noviembre de 2021, el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta TITAN, el brigadier General Oscar Murillo interpuso una solicitud de aclaración o rectificación alos integrantes de las mi-siones porque considera que su testimonio atenta con-tra el buen nombre del ejército, al asegurar que existen relaciones entre los miembros de la fuerza pública y grupos paramilitares.
Como portavoz de las comunidades el obispo de Quib-dó indicó que la relación entre la fuerza pública y los grupos al margen de la ley se percibe en algunos luga-res en donde existe una libre circulación por parte de los paramilitares sin un control efectivo del ejército, aún contando con las facilidadespara hacerlo, lo que permi-te concluir que ambos han avanzado en el intento de controlar la zona, mientras que las comunidades no han sido consultadas en todo el proceso de ocupación y vi-gilancia de sus territorios.
Hallazgos de una misiónEl 10 de diciembre de 2021 la representación de la ONU en Colombia habló de la situación de los líderes sociales y eclesiales de la zona a los que están exi-giendo que se retracten de sus denuncias en lugar de mirar quienes son los verdaderos responsables de la grave situación del territorio.Dando continuidad a la situación el pasado 21 de enero Monseñor Juan Carlos Barreto se unió a otros líderes sociales y religiosos para dirigir una carta al presidente Iván Duque en la que solicitaron una reunión que les permita aclararposiciones, ratificar denuncias y escu-char las respuestas por parte del ejecutivo respecto a la crisis humanitaria que se vive en los departamentos de Chocó y Antioquia.
Además, el objetivo de la comunicación es recoger la posición de las organizaciones sociales y eclesiales so-bre los hallazgos hechos en las misiones humanitarias que hasta el momento el gobierno desconoce y minimi-za, enfocándose en una férrea defensa de su gestión y asegurando que la fuerza pública mantiene el control del territorio.Firmes en la actividad pastoralAl ser cuestionado respecto a las pre-siones del ejército el purpurado indicó que se han reci-bido cartas en las que se solicita ampliar información pidiendo detalles sobre los modos, lugares y personas específicas; sin embargo, elprelado como parte de la Iglesia no puede entregar estos datos por cuanto se pondría en peligro el bienestar de las personas y ade-más por tratarse de una tarea que corresponde a otros organismos.Como una de las medidas para contrarrestar el impacto de las amenazas, el prelado asegura que la prioridad es continuar con el trabajo encaminado a proteger colecti-vamente los territorios donde las comunidades y sus líderes han sido amenazados.
En ese caso se trata de impulsar una acción colectiva por el derecho a la paz y la seguridad en los territorios, porque de acuerdo con información proporcionada por la Defensoría del Pueblo el 67% de la población está en riesgo, lo cual es preocupante porque como lo afirma el consagrado no existe ni un mínimo de empatía social por parte del gobierno ante los dolores de los habitan-tes del pacífico colombiano.Iglesia atenta al clamor de la genteEsta situación ya fue informada al nuncio apostólico de su santidad en Colombia, así como el conjunto de las acciones emprendidas por la Iglesia y se espera que estos diálogos se amplíen como parte de la Asamblea plenaria del episcopado pensando en el bienestar de la población civil.
Pese a las amenazas y dificultades Monseñor Juan Carlos Barreto confirmó que los obispos del pacifico co-lombiano seguirán haciendo visitas pastorales a los te-rritorios y a las comunidades porque esta es la forma más adecuada para conocer la realidad de la gente, ac-tividades que ya se están organizando y sitúan a Bahía Solano como el próximo destino.Frente a esta acción de carácter pastoral el prelado in-sistió en la necesidad de resaltar que estas acciones hacen parte de la misión de la Iglesia en el pacífico co-lombiano y no se tratan de una actividad aislada lidera-da por un obispo, en realidad son todos losobispos del pacífico los que se encuentran en total disponibilidad de escuchar el clamor de los habitantes de esta región de Colombia.(religiondigital.org) 15/02/202