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«Yo no soy el Papa, no se dirijan a mí», fue la respuesta de Ratzinger
El Pontífice emérito rechazó con firmeza las presiones y avisó al Santo Padre del complot
Ofensiva conservadora para frenar las reformas impulsadas por el Papa
La «oposición silenciosa» a Francisco alza su voz contra las reformas
«Non è Francesco»: Un libro cuestiona la legitimidad de Bergoglio
«Cuando habla Benedicto XVI, siempre es para apoyar a Francisco», destacaron estos «atentos observadores» citados por La Repubblica. Y es que el alemán se niega a que lo utilicen contra su sucesor
El papa emérito Benedicto XVI rechazó con firmeza las presiones de los cardenales conservadores que le pidieron maniobrar contra la política de apertura del papa Francisco en el sínodo sobre la familia, reveló este domingo el diario La Repubblica.
Desde su dimisión en febrero de 2013, Joseph Ratzinger reside en un antiguo monasterio en el Vaticano, donde recibe a sus allegados y vive dedicado a la oración, la lectura y la escritura.
Según fuentes citadas por el diario italiano, el Papa emérito respondió a los cardenales que fueron a verlo en secreto para protestar contra la política de Francisco: «Yo no soy el Papa, no se dirijan a mí».
Tras el fallido encuentro, Ratzinger envió un mensaje a Bergoglio avisándole de las presiones y ofreciéndole de nuevo su ayuda teológica, en la que es un referente.
«Cuando habla Benedicto XVI, siempre es para apoyar a Francisco», destacaron estos «atentos observadores» citados por La Repubblica. Y es que el alemán se niega a que lo utilicen contra su sucesor.