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El término MARA, según la investigadora KAREN ANT?NEZ proviene de la palabra MARABUNTA que es una hormiga salvaje que habita en grandes cantidades y arrasa las junglas amazónicas como una plaga.
En la selva del Perú se les conoce como ?citaracos?? y en Honduras como ?guerreadoras??. Estas hormigas atacan en grandes grupos, se meten en cualquier lugar y atacan con agresividad, incluso dentro de las casas. Son agresivas y ponzoñosas. Muy organizadas y territoriales. Las hay de color negro y rojizo. Se les conoce además como ?limpia casas??, porque destruyen nidos de avispas, cucarachas, y todo insecto casero.
El concepto MARERO aplicado en sociología, sicología o antropología es considerado un problema socio-económico-cultural de dimensiones catastróficas que significa la existencia de pequeños GOBIERNOS PARALELOS ante la incapacidad de los gobiernos tradicionales de dar atención efectiva y eficiente a la niñez y juventud en una sociedad capitalista donde éstos, excluidos y marginados, padecen dificultades de identidad (reconocimiento de lo que valen), protección (sentirse desprotegido contra la misma violencia), compañerismo (sentimiento de familiaridad que no tienen en sus hogares), intimidación (sometidos a presiones y miedos) o amor propio (necesidad de un reconocimiento), uniéndose contra la sociedad y gobierno que los marginan.
La querida y recordada política, defensora de los derechos humanos, sindicalista y feminista GLADIZ PETRONA LANZA OCHOA, quizá de manera sarcástica dijo en algún momento que si cuando joven hubiesen existido las maras ella hubiera sido marera, posiblemente dijo esto por la organización, cohesión y firmeza que muestran las maras ya ganándole el pulso a los gobiernos tradicionales al incursionar en las municipalidades, policía, ejército, barrios y comunidades de nuestra Honduras.
Pero que contradicción, mientras a las maras se les desprestigia, estigmatiza y odia, se les señala como indeseables y una amenaza a la sociedad, el Gobierno Marero de JUAN ORLANDO HERNÁNDEZ, verdaderos delincuentes de saco y corbata, atracan al pueblo con impuestos onerosos (a los alimentos, peaje, tazón, combustible, electricidad, aguas, etc.), saquea las arcas públicas (robos descarados al IHSS, INJUPEMH, INPREMA, etc.) depreda y compromete los territorios y bienes propiedad del pueblo (privatiza puertos, carreteras, aeropuertos, salud, bienes naturales a empresas transnacionales extranjeras, etc.).
A pesar de que nuestra temprana infancia y adolescencia la vivimos en el Barrio El Bosque de Tegucigalpa, allá por los años cincuenta y sesenta, un barrio marginal y empobrecido en aquellos tiempos, jamás he dejado de visitarlo por lo menos una o dos veces al año.
Hace algunas semanas estuvimos por El Bosque y junto con una hermana recorrimos este empinado barrio de calles estrechas, pero de un paisaje enternecedor y verdoso a los pies de la estatua del Cristo del Picacho que nos dejó gratos recuerdos de la escuela y del vecindario. Nos agradó y sorprendió ver que donde antaño se levantaban casas humildes y precarias, ahora con las mismas familias tienen casas muy elegantes de excelente construcción, colorido y todas las calles pavimentadas y limpias. Posteriormente hice un comentario favorable para el alcalde de Tegucigalpa, imaginando que él mantenía engalanado el barrio y la sorpresa nuestra fue cuando un grupo de familiares y amigos nos relataron que todo esto lo habían hecho las maras.
Nos sorprendió más porque la calle principal empedrada construida a principios de los años sesenta (alcalde Liberal) se encuentra totalmente destruida sin que ningún alcalde de la ciudad se haya preocupado por reconstruirla, convirtiéndose en una amenaza sanitaria por las aguas negras a flor de suelo y de riesgo para transeúntes y vehículos por lo deteriorado que está desde hace más de CINCUENTA A?OS.
El corrupto político nacionalista, alcalde de Tegucigalpa, PAPI A LA ORDEN, sólo está levantando puentes, parques y bulevares en las zonas privilegiadas de los potentados y dueños de este país, favoreciendo sus propias empresas constructoras.
Ante este aciago panorama devenimos en la siguiente pregunta: ¿Por qué mejor no reelegimos a las maras y mandamos al carajo a JOH y sus compinches? Le haríamos un bien a la Nación. Las maras roban, saquean, matan y extorsionan menos y hacen más que los gobiernos de los partidos políticos de PAULINA (Liberal, Libre y Nacional). ¡Propongámonoslo!
16 de noviembre 2016.