La memoria es siempre poderosa. Es un arma contra quienes basan sus argumentos frente a la brutalidad y la fuerza.
Lo primero que debo aclara es que no soy palestino, no soy familiar de palestinos y tampoco estudié en un colegio árabe. Esto como principio básico para explicar mi dolor y denunciar este genocidio permanente que ha durado cerca de 75 años, a vista y paciencia de un mundo que mira con indiferencia esta tragedia. Y lo peor de todo, es que en muchos casos la justifica.
Provengo de una familia pobre y muy humilde. Como vivíamos en una población obrera (José María Caro de Santiago de Chile), siempre existían focos de delincuencia. ··· Ver noticia ···
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