El fracaso toma el poder en África -- Trinidad Deiros

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Siete de los países más inestables del mundo están allí. En países como Somalia y Zimbabue el Estado no funciona y carece de legitimidad
Siete de los diez estados del mundo más cercanos al colapso en términos de seguridad y servicios públicos, derechos humanos y desarrollo, entre otras variables, están en África subsahariana.

En el informe «Estados fracasados 2008», que por cuarto año consecutivo ha publicado la organización independiente Fondo por la Paz y la revista Foreign Policy, se clasifica a los estados más inestables. Los cuatro primeros puestos de una lista de 60 países vulnerables al fracaso corresponden a cuatro estados africanos: Somalia, Sudán, Zimbabue y Chad.

No son los únicos representantes de un continente, África, que según el estudio no tiene ni un solo país que no esté, en el mejor de los casos, cerca de ser incapaz de cumplir sus funciones. En los diez primeros puestos, figuran también la República Democrática del Congo, Costa de Marfil y la República Centroafricana.

Pero, ¿en qué consiste exactamente el concepto de Estado fracasado? Esta denominación, al menos a efectos de este índice anual, describe como país o Estado fallido o con serio riesgo de llegar a serlo aquel en el que el Gobierno no tiene el control real de su territorio y no goza de legitimidad ante una parte importante de la población. Unas estructuras estatales que fracasan son las que se muestran incapaces de ofrecer un mínimo de seguridad o servicios públicos esenciales. También carecen de una característica que define el concepto mismo de Estado: el monopolio del uso de la fuerza.

El fracaso de Somalia

El informe, relativo a datos de 2007, se ha elaborado partiendo de 12 indicadores sociales, económicos, políticos y militares, con los que se ha clasificado 177 estados; 60 se consideran inestables o incluso ya fallidos.

Somalia es uno de ellos. Este país ocupa el puesto número uno de la lista al ser «el Estado con más riesgo de fracaso». «En muchos aspectos, Somalia ha fracasado ya, dado que el impopular Gobierno de transición no controla las calles de Mogadiscio», la capital del país.

El documento describe a Somalia como un país dominado por el caos donde la lucha entre las milicias islámicas y las tropas gubernamentales apoyadas por Etiopía está en el origen de «una pesadilla de refugiados», con más de «700.000 personas que tuvieron que huir de Mogadiscio» el año pasado.

También la situación en Sudán, país que ocupa un poco honroso segundo puesto, se caracteriza por su «notable falta de progreso» en cuanto a la crisis de Darfur.

Un país relativamente próspero hasta hace pocos años, Zimbabue, le sigue en la lista y debe su tercera posición a «la inflación fuera de control, el 80% de desempleo y el hecho de que miles de personas huyen cada semana a las vecinas Botswana y Suráfrica». Además de las circunstancias internas de cada país, su sistema político y las otras variables analizadas, el documento subraya cómo estos países tremendamente inestables se caracterizan por sus dificultades para afrontar situaciones de crisis económica o política internacional.

Estos «golpes inesperados», entre los que el estudio cita «la implosión del mercado inmobiliario» estadounidense y la ralentización del comercio, «pueden tener un papel decisivo en la estabilidad de un número creciente de países». Problemas como la carestía de los alimentos básicos y del petróleo o la caída del dólar «pueden causar caos» en estas naciones.
Por ejemplo, el texto revela que «los países más débiles son los que tienen los más altos niveles de inflación». El caso paradigmático es Zimbabue, que según el FMI, prosigue el estudio alcanza un «absurdo 150.000%».

Si muchos países se han deslizado en 2007 por la pendiente de la inestabilidad, otros han conseguido recuperar posiciones. Entre esos estados que han registrado «logros significativos», se cita a Costa de Marfil – que aún así ocupa el puesto número ocho de la lista- por haber conseguido la firma de un acuerdo de paz, Liberia, por su lucha contra la corrupción, y Haití, por su mejora relativa de la seguridad.

Conflictos que se pagan con inestabilidad: Israel e Irak
En la lista de 60 países más inestables, no sólo hay países pobres, escasamente desarrollados tecnológicamente o sometidos a luchas tribales. También figura un país al que nadie tacharía de atrasado: Israel. Por primera vez desde que se elabora este estudio, el Estado hebreo entra en la categoría de país vulnerable en el puesto 58.

«La incapacidad de Israel para integrar a su minoría árabe, sus marcadas disparidades económicas y la creciente polarización de sus líderes políticos no han surgido de la noche a la mañana», explica el informe, que prosigue señalando que ,en gran medida, Israel debe su clasificación como Estado con riesgo de fracaso a «las condiciones de Cisjordania», pues las «continuas privaciones» que conocen los palestinos que viven allí «no pueden separarse de la estabilidad del propio Israel».

Este país es el quinto más inestable del planeta. El documento señala que «las situaciones desesperadas en las que se ven cuatro millones de personas obligadas a abandonar sus hogares, el estado abismal de los servicios públicos y la discordia entre las diferentes facciones no han mostrado mejoras reales».

La intervención militar estadounidense no parece, según el estudio, estar dando frutos. El texto señala que «los progresos en Irak el pasado año fueron insignificantes» en el mejor de los casos y con pocas posibilidades de tener repercusiones a largo plazo