El Foro de Curas se alegra de la dimisión del papa
El Foro de Curas de Madrid se alegra de la dimisión del papa. El próximo papa debería ser «siervo de los siervos de Dios» y más preocupado por la tierra que es fuente de todas las vidas.
«Ojalá tomaran nota otros mandatarios que, por edad, mala gestión o corrupción, se empeñan en seguir apegados a un poder que la sociedad mayoritariamente les está cuestionando», señala en un comunicado la Comisión Permanente del Foro de Curas.
«En la nueva era en la que estamos entrando, un gesto como este no debería resultar indiferente. Y debería ser aprovechado por la Iglesia como una ocasión propicia para mirar serenamente la trayectoria que ha venido siguiendo en los últimos años que, a diferencia de lo ocurrido en otras épocas, ha consistido en caminar en asuntos muy esenciales en dirección contraria al proceso humanizador de la historia y tener valor para rectificar».
El Foro de Curas de Madrid, que apoyo muy activamente la Iniciativa Legislativa Popular promovida por la Plataforma de Afectados por las Hipotecas [PAH], destaca en su nota que «la institución eclesial está atravesando una enorme crisis de credibilidad. Crisis que está debilitando muy seriamente la misma plausibilidad de la fe cristiana». Para los curas de Madrid esta es una ocasión propicia para volver a las «fuentes del Evangelio».
En relación al nuevo papa el Foro de Curas aboga a que renuncie «a ser jefe de la Iglesia y del Estado» y asuma su verdadera función de ser ?siervo de los siervos de Dios?? y ?primum inter pares??, entre los obispos».
Para los curas de Madrid la renuncia de Benedicto XVI al trono de San Pedro es una buena oportunidad para mirar hacia atrás, hacer una revisión y proyectarse hacia el futuro. Pide liberar «el discurso excesivamente repetitivo y esterilizante. El férreo control al que se le ha venido sometiendo en los últimos tiempos, en servicio de la verdad dogmática, ha ido apagando poco a poco la creatividad y la imaginación. La imposición, contra viento y marea, del discurso único ha despreciado demasiado talento e impedido recibir en calidad de igualdad en la Iglesia a sectores determinantes en la sociedad civil como la mujer y los diferentes. Pocas instituciones disponen de una capacidad de discurso tan rico y pocas saben despreciarlo tanto como lo ha venido haciendo la Iglesia en los años del posconcilio».
También pide que se aproveche esta oportunidad y la Iglesia sea más humana «y más preocupada por la tierra que es fuente de todas las vidas».
Porque «el servicio a este mundo, torturado y convulso, siguiendo el ejemplo liberador de Jesús de Nazaret, debería ser capaz de invitar honestamente a recuperar la esperanza, a reducir las desigualdades, a vencer las injusticias y a encargarse de las y los más necesitados. Porque, según el mismo Jesús, «el que quiera ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos» (Mc 9.35)», concluye la nota.