El escritor jesuita Pedro Miguel Lamet pide al Papa “comprensión y esperanza más que varapalos morales”
Con motivo de la próxima visita papal a España, el escritor jesuita Pedro Miguel Lamet pide a Benedicto XVI, en un amplio reportaje de la revista cristiana 21rs, que traiga “ánimos, espíritu de comprensión y diálogo y muchas dosis de esperanza, más que varapalos morales”.
Lamet dice que el Papa Ratzinger hace menos viajes, pero “escogidos, muy preparados y meditados”. El que va a realizar a España es para clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias. Y eso determinará, a su juicio, “el contenido de los discursos que, por girar en torno a la vida familiar y por las mismas personas que los han preparado, entre ellas el declaradamente conservador cardenal curial colombiano López Trujillo, no es difícil barruntar su orientación”. Y es que “a Roma viene lo que a Roma va”.
Lamet advierte que el Papa “viaja a un país crispado por el radical enfrentamiento político, donde la religión institucional parece haber también tomado partido”. Un enfrentamiento en el que todo vale, “desde el insulto soez en los medios de comunicación hasta la utilización de la religión en la trinchera partidista; se diría que estamos empeñados en resucitar las dos Españas”.
El jesuita reconoce que el país “se ha radicalizado en algunos temas de moral sexual por las leyes auspiciadas por el actual gobierno”, pero afirma que “no vale la pena una batalla para conseguir que el Evangelio sea impuesto por real decreto”.
A su juicio, hay “problemas más acuciantes para una conciencia cristiana que lo que puedan hacer entre ellos dos homosexuales”. Por ejemplo, el problema de la inmigración o el del proceso de paz, sobre el que dice que “en todas partes del mundo donde se ha firmado una paz con terroristas ha sido necesario negociar”.
Para Lamet, además, “el Papa viene a un país caro, donde un kilo de fruta vale como un lenguado, y donde para conseguir una vivienda hay que entramparse hasta los dientes. Pero en el que todos, o casi todos, quieren presumir de coche, pantalla plana y hasta de operación de cirugía estética”.
Y el escritor jesuita concluye: “No sé si de este materialismo se hablará en Valencia, pero la miopía que engendra parece más importante que las relaciones matrimoniales o el uso de la píldora”.