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Fuente: Observatorio eclesial
Ginebra. El empeoramiento de la crisis alimentaria mundial está en el punto de mira de una declaración del Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) que insta a las iglesias y a la comunidad a actuar ya, antes de que se pierdan más vidas.
?El recientemente publicado Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias
Mundiales 2023 documenta el aumento del número de personas que padecen
una grave inseguridad alimentaria y que necesitan ayuda urgente en materia de alimentos, nutrición y medios de subsistencia?, dice la declaración. ?El informe indica que más de 250 millones de personas se enfrentan ahora a niveles agudos de hambre, y que la crisis económica y la guerra en Ucra-
nia contribuyen a este aumento?.
En 2022 alrededor de 258 millones de personas en 58 países y territorios se enfrentaron a un nivel de inseguridad alimentaria de crisis o peor, frente a los 193 millones de personas en 53 países y territorios en 2021.
?Se trata del cuarto año consecutivo en que ha aumentado el número de personas en el mundo que hace frente a altos niveles de inseguridad alimentaria, con graves consecuencias sobre todo para los niños y las
mujeres, que invariablemente se ven afectados de manera desproporcionada?, afirma la declaración.
?Desafortunadamente, los fondos de emergencia adicionales se suelen movilizar únicamente después de que se haya declarado oficialmente una catástrofe/hambruna (fase 5 de la Clasificación Integrada de la
Seguridad Alimentaria, CIF), cuando a menudo ya es demasiado tarde para evitar graves repercusiones humanitarias?.
Entre los países más afectados, cabe mencionar Sudán del Sur, Siria, Yemen, Haití, Afganistán, la República Centroafricana, el Líbano, Somalia y Namibia, con al menos el 30% de la población analizada en la
fase 3 de la CIF o superior.
?Desde entonces, la situación en muchos de estos contextos no ha dejado de deteriorarse, especialmente en Sudán, donde el 24% de la población ya se encontraba en una situación de crisis alimentaria aguda antes del estallido del conflicto armado en abril de 2023?, reza la declaración. ?La emaciación y la malnutrición infantil han incrementado considerablemente en la ma-
yoría de zonas afectadas?, y la situación nutricional de las adolescentes y las mujeres ha empeorado.
?En muchas ocasiones, las iglesias son las primeras en responder a las nuevas crisis alimentarias?, señala la declaración. ?No obstante, sus recursos y sus capacidades son siempre insuficientes en relación con las
necesidades?.
A ello cabe añadir que hay una escasez cada vez mayor de fondos para las actividades humanitarias internacionales. ?Como consecuencia, en los contextos de inseguridad alimentaria, las iglesias y los organismos
humanitarios relacionados con ellas luchan para ayudar a satisfacer las necesidades de poblaciones cada vez más vulnerables?, indica la declaración, que exhorta a ?a no esperar a que se llegue a la clasificación de
?hambruna? (fase 5 de la CIF) para movilizar fondos
adicionales?.
La declaración también hace un llamado en favor de una respuesta multilateral a los factores sistémicos causantes de la crisis alimentaria mundial, y pide al secretario general del CMI que ?intensifique la colabo-
ración con los asociados intergubernamentales pertinentes, especialmente con la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa
Mundial de Alimentos (PMA)?. Asimismo, alienta a todas las iglesias miembros a aunar sus esfuerzos en campaña Alimentos por la vida de la Alianza Ecuménica de Acción Mundial del CMI.
(oikoumene.org) 30/05/2023