Cristianismo y justicia
¿Quién no ha experimentado la capacidad del afecto para movilizarle? Incluso para hacer cosas “ridículas”. Piensen en esas personas que a las 6 de la mañana vagan, cual ánimas en pena, con una botellita de agua, una bolsita y una cadena con un ser peludo al otro extremo. Llueva o haga frío tienen que salir a pasear ¡y agacharse para recoger las deposiciones! ¡Menuda forma de atarse a un animal! ¡Eso sí es devoción! (Lo confieso, se me hacía especialmente ridículo cuando el portador del chucho era un hombre de complexión fuerte, la escena se hacía más “ridícula” y risible… ¡Hace falta valor!). Ver noticia original en …