La vida, antes o después, nos pone ante el espejo una realidad incontestable: que los deseos y esperanzas en que sustentamos nuestras vidas se ven con frecuencia ensombrecidos por la insatisfacción, la frustración o la decepción. Y lo que es evidente a nivel global y de colectividad (pandemias, guerras…) no lo es menos a nivel individual. Pero ninguna catástrofe ni desgracia apagará la sed de deseo, connatural a nuestra naturaleza humana. … Ver noticia …
El deseo y la sabiduría de la “desesperanza” -- Pedro Moya Milanés
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