Europa es un destino privilegiado y Francia uno de los principales países «escogidos» por los emigrantes. Los cristianos no se desinteresan de la cuestión de las migraciones y 2010 ha sido declarado » Año europeo de las Iglesias para las migraciones «. Como responsables de Iglesias cristianas en Francia, queremos animar a los fieles de nuestras comunidades a perseverar en su solidaridad hacia los emigrantes.
Informarse. La cuestión de las migraciones es a menudo objeto de ideas falsas o de representaciones inexactas. El problema es complejo y entre los cristianos, como entre nuestros conciudadanos, pueden circular respuestas simplistas a este problema.
Hay que entrar en contacto con las asociaciones y los movimientos cristianos que trabajan a diario al lado de los que piden asilo y de los emigrantes para pedirles folletos de información que ayuden a superar las ideas preconcebidas, y organizar con ellas una conferencia en las parroquias.
El jueves, 11 de marzo de 2010 tendrá lugar en París, organizado por nosotros, un coloquio titulado » Las Iglesias y el desafío de las migraciones «. Permitirá escuchar análisis y proposiciones para una política respetuosa de los derechos humanos.
Hoy, frente a las situaciones dramáticas que conocen los emigrantes, no hay que dar cabida a los prejuicios, es necesario ver esta realidad de una manera distinta.
Mostrarse solidarios y fraternales. Las asociaciones que apoyan a los emigrantes les ayudan a conservar su dignidad y a hacer valer sus derechos. En un contexto cada vez más restrictivo en materia de políticas migratorias, es necesario asegurar su independencia y su libertad de palabra. Apoyar estas asociaciones es permitirles estar presentes de una manera eficaz al lado de los que se encuentran desamparados
Las asociaciones también necesitan voluntarios para acoger y acompañar a los emigrantes, ayudándoles por ejemplo a regularizar su situación administrativa. Os animamos a que estéis disponibles, de forma regular u ocasional Hoy dia es más indispensable y urgente que nunca, la solidaridad con todos los desarraigados que necesitan nuestra hospitalidad.
Manifestarse. Cada vez que sea necesario, nos comprometemos a tratar la cuestión de las migraciones con las autoridades locales,que necesitan ser estimuladas para que sus programas politicos sigan haciendo de nuestro pais una tierra de acogida
Hacer lo posible por interpelar a los representantes politicos (alcaldes, parlamentarios, consejeros regionales) insistiéndoles por ejemplo para que los lugares de ayuda humanitaria (centros de acogida y de distribución de ayudas, de acceso a los derechos) sigan siendo unos «santuarios» a dónde los emigrantes puedan dirigirse sin temor a ser detenidos.
Hoy, en una sociedad de desconfianza, reafirmamos que el emigrante es una persona humana con derechos fundamentales inalienables.
Cambiar nuestra mirada; compartir con los que sufren; no callarse ante las injusticias, este puede ser nuestro camino durante esta cuaresma. Que nuestra marcha hacia Pascua – celebrada este año en una misma fecha por todas las Iglesias – sea la ocasión de una movilización renovada en favor de aquellos con los que Cristo se identificó. «Lo que hicísteis a uno de estos pequeños que son mis hermanos, a mí me lo hicísteis» (Mt 25, 40).
*El primer domingo de Cuaresma el Consejo de las Iglesias Cristianas de Francia dirigió este mensaje a las Comunidades Cristianas