La Asociación de Teólogos y Teólogas «Juan XXIII» escogió ayer la apertura de su XXVII Congreso de Teología para mostrar su apoyo a los sacerdotes de la extinta parroquia de San Carlos Borromeo, en el madrileño barrio de Entrevías, que recientemente fue cerrada al culto por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
Así, su presidente, Julio Lois, invitó a abrir el encuentro, que se llevó a cabo en el salón de Actos del sindicato Comisiones Obreras de Madrid, al sacerdote Enrique De Castro, quien animó a los presentes -unos ochocientos- a «profundizar en los graves conflictos que están sucediéndose en nuestra iglesia».
«Un lugar de encuentro»
De Castro, quien hizo un repaso a la historia de la extinta parroquia de San Carlos Borromeo, recordó cómo, a lo largo de su experiencia con colectivos de marginados e inmigrantes, «he comprendido que el lugar de la Iglesia de Jesús son los pobres». Al tiempo, recalcó que «la parroquia debe ser un lugar de encuentro, y no de culto», porque, «de no ser así, nos estamos disociando de la Iglesia de Jesús».
Abundando en esta idea, el cura de Entrevías criticó los «excesos litúrgicos» que, en su opinión, se propugnan desde la Iglesia jerárquica. «La liturgia debe cambiar, la liturgia echa a la gente de la Iglesia», reclamó De Castro, quien animó a los presentes a «perder el miedo a hacer lo que sea necesario para hacer de las parroquias lugares de encuentro, cuya propiedad sea de los pobres y no de los curas».
Problemas de la inmigración
El congreso de esta asociación de teólogos progresistas, no reconocida por el Episcopado, tiene como lema «Fui emigrante, y me acogísteis», y hasta el próximo domingo girará en torno a los problemas de la inmigración, tanto en el Primer como en el Tercer Mundo, y en la respuesta cristiana a la misma. Mañana, los congresistas llevarán a cabo un «reconocimiento a Jon Sobrino», el teólogo jesuita cuyas tesis sobre la divinidad de Jesús han recibido una adecuada contestación por la Congregación para la Doctrina de la Fe en fechas recientes.