Enviado a la página web de Redes Cristianas
La carencia moral y de coherencia en la Falange Nacional han sido las tónicas del sabor del embate de sus dos almas; una reformadora con profundos deseos de cambio y una anticomunista con miedo a los cambios. Fue por ello es que aprobaron la Reforma Agraria, las pastillas anticonceptivas y el aborto terapéutico, y a la vez mostraron un rostro reaccionario al oponerse al gobierno de la Unidad Popular y llamar al golpe de Estado.
Esta carencia de coherencia y un relato común son las causantes del fortalecimiento de su derecha silenciosa –con personeros como Mariana Aylwin o Patricio Walker- y las malas prácticas heredadas de la biopolìtica que tomo la Concertación ante las condiciones de amarre desarrolladas por el Gremialismo durante el régimen militar. Víctor Torres o Carolina Goic –profundamente distintos uno del otro- son una sombra de dicotomías olvidadas por el tradicional partido de centro que hoy está cada vez más en la derecha y embarrado de la mala política que ya tenían en sus entrañas desde sus inicios.
La mala política, el clientelismo y amiguismo, han salvado y mantenido como candidato al maltratador y misógino Ricardo Rincón, y hacen tambalear la candidatura de Goic a la vez. Esta última traición pareciera ser otro capítulo en el declive del alguna vez partido más grande de Chile. En 1992 la DC tenía 156 alcaldes, hoy en día apenas posee 43, en Junio del 2016 tenían inscritos a 110.935 militantes, para tener a finales de Abril de este año a solo 29.719 inscritos durante el refichaje. Y ese declive electoral se ha visto profundizado por la ridícula glorificación de un pasado y una retórica de un legado que ni siquiera sus militantes recuerdan, el salto en solitario a una carrera presidencial, la cual según las encuestas se dirige a un paupérrimo resultado, que ha traído otras consecuencias que ya muchos lamentan dentro de la Falange, la interrupción de un pacto en conjunto al oficialismo que les costará varios puestos en el parlamento.
Este acto de traición a las mujeres de Chile –sumado a la falta de disciplina partidaria que provoque el estancamiento del Aborto 3 Causales-, a las víctimas de violencia intrafamiliar, a su militancia e inclusive a la presidenta de su mismo partido, Carolina Goic, es el comienzo del desenlace de la tragicomedia democratacristiana.
Han firmado otra traición que continúa su camino derecho hacia su necesaria desaparición.
Alonso Ignacio Salinas García (Chile)
Alumno 4° Medio del Colegio San Ignacio del Bosque – Santiago de Chile.
Militante CNJ Izquierda Cristiana.