El cambio de sistema es un imperativo de fe… -- Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

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Mensaje de Pascua de Mons. Raúl Vera
Ninguna autoridad económica, ningún Partido, ningún dirigente financiero o político, ninguna política de Estado contra el narcotráfico o para vencer la crisis financiera, podrá deshacer los males que nos aquejan, si quiere hacerlo contra las bases en las que Dios ha fundado su Nueva Alianza con la humanidad por medio de su Hijo: la verdad, el amor, la justicia, la libertad y la paz verdadera.

El Poder de Cristo Resucitado no tiene límites
Mensaje de Pascua de Fr. Raúl Vera López, O.P.

La crisis planetaria del modelo económico globalizado que ha imperado desde hace varios años en la sociedad mundial, ha comenzado con el desplome de dicho modelo en el país más poderoso del mundo en ese campo, los Estados Unidos. Este derrumbe a puesto en claro su inoperancia y debilidad; ha sacado además a la luz del alto grado de corrupción que ha debido impulsar por todas partes, par poderse sostener.

Para quienes tienen un concepto honesto y racional de lo que debe ser un sistema económico, esto no ha sido ninguna novedad, como dice el Evangelio, ?por los frutos se conoce el árbol??, este sistema ha estado multiplicado la pobreza, ha destruido y puesto en la ruina grandes sectores de la sociedad mundial; ha colocado a muchos países en un tal desequilibrio socio-económico, que ha derivado en desequilibrios socio-políticos de inestabilidad social e ingobernabilidad.

Escuchemos la calificación que de este sistema económico dan los Obispos Latinoamericanos y Caribeños en el Documento Conclusivo de su V Asamblea General celebrada en Aparecida Brasil, en el mes de mayo de 2007: ?Lamentablemente la cara más extendida y exitosa de la globalización es su dimensión económica que se sobrepone y condiciona las otras dimensiones de la vida humana. En la globalización, la dinámica del mercado absolutiza con facilidad la eficacia y la productividad como valores reguladores de todas las relaciones humanas.

Este peculiar carácter hace de la globalización un proceso promotor de inequidades e injusticias múltiples. La globalización, tal y como está configurada actualmente, no es capaz de interpretar y reaccionar en función de valores objetivos que se encuentran más allá del mercado y que constituyen lo más importante de la vida humana: la verdad, la justicia, el amor, y muy especialmente, la dignidad y los derechos de todos, aún de aquellos que viven al margen del propio mercado (n. 61).

Quienes profesamos nuestra fe en Cristo y lo vemos resucitado y constituido Rey del Universo y Señor de la historia, no podemos callar ni dejar de trabajar por mejorar las cosas ante un modelo económico cargado de injusticias y promotor de tanta pobreza, desempleo y corrupción en todos los niveles, como lo ha demostrado esta crisis planetaria, debido a las bases falsas de la codicia y la ambición, la injusticia, la mentira y la deshonestidad en la que ha puesto sus bases. No podemos creer ni promover que este modelo se rehaga sin cambiar sus bases injustas; tenemos que pugnar porque la economía mundial vuelva a tener sus fundamentos verdaderos que son la distribución justa de los bienes de la tierra y la promoción de un desarrollo sustentable, para todas y todos quienes habitamos en esta tierra.

La confianza y esperanza en Dios, fundamento de la vida del Mundo
Esta Nueva Alianza que Dios Padre nos ofrece y que sella con la Resurrección de su Hijo amado, supone que nosotros y nosotras pongamos nuestra esperanza solamente en Dios. La coyuntura actual está definida por la crisis económica que golpea a quienes menos tienen y por la violencia del narcotráfico que parece alcanzarnos a todos y a todas.

Vivir la Resurrección de Jesús como un anticipo de nuestra propia resurrección, supone poner nuestra fe y nuestra esperanza sólo en Dios y desde ?l actuar en consecuencia, para difundir el bien y los verdaderos valores en la sociedad, confiados en la fuerza que imprime desde nuestro interior Jesucristo resucitado. No podemos confiar en que los banqueros y los hombres del dinero que provocaron esta crisis sean quienes nos ofrezcan una alternativa para salir adelante; no podemos confiar en que los partidos políticos y hombres de la política que están coludidos con el narcotráfico sean quienes nos protejan de su violencia.

Ninguna autoridad económica, ningún Partido, ningún dirigente financiero o político, ninguna política de Estado contra el narcotráfico o para vencer la crisis financiera, podrá deshacer los males que nos aquejan, si quiere hacerlo contra las bases en las que Dios ha fundado su Nueva Alianza con la humanidad por medio de su Hijo: la verdad, el amor, la justicia, la libertad y la paz verdadera. Este es un tiempo de gracia porque es un tiempo que nos permite a quienes somos creyentes volver a los fundamentos de nuestra fe, así firmemente anclados a la verdad del Evangelio de Jesús, trabajemos por la restauración de una sociedad tan dañada por el pecado de la avaricia y el egoísmo, por la mentira y la corrupción. (Fragmento del Mensaje de Pascua de Mons. Vera, de la diócesis de Saltillo – Coahuila ?México.-

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EL CAMBIO DE SISTEMA ES UN IMPERATIVO DE FE??

??Quienes profesamos nuestra fe en Cristo y lo vemos resucitado y constituido Rey del Universo y Señor de la historia, no podemos callar ni dejar de trabajar por mejorar las cosas ante un modelo económico cargado de injusticias y promotor de tanta pobreza, desempleo y corrupción?? (Mons. Vera)

Montevideo, 17 de abril de 2009 ? Gabriel Sánchez

Existe una Iglesia que se expresa en las comunidades eclesiales de base, pequeñas comunidades y movimientos laicales liberadores, que seguramente marcha detrás de esta frase, muchos son los miembros de esta iglesia que han derramado ha sido perseguidos, encarcelados, torturados y en muchos casos derramaron su sangre??para vivir en coherencia esta frase que el entrañable Pastor del Saltillo nos propone.-

Los cristianos no podemos ?callar?? ni dejar de trabajar??el trabajar de los cristianos y de todo los hombres es erradicar la injusticia e instaurar la justicia??pero eso no es posible realizarlo en el sistema capitalista, como nos dicen nuestros obispos La globalización, tal y como está configurada actualmente, no es capaz de interpretar y reaccionar en función de valores objetivos que se encuentran más allá del mercado y que constituyen lo más importante de la vida humana: la verdad, la justicia, el amor, y muy especialmente, la dignidad y los derechos de todos, aún de aquellos que viven al margen del propio mercado (DFA n. 61).

El primer paso para discernirnos como Iglesia, es preguntarnos?? ¿Dónde y como esta Jesús Resucitado????es de allí desde los signos de los tiempos, que se nos hace patente la presencia de ese Señor de la historia que nos invita a cocrear con ?l, como pienso que a ?l lo hace, desde abajo y desde adentro, metidos, embarrados en el proceso colectivo de realizar, transformar, refundar la historia??y eso nos pone en el centro de todos los conflictos al lado de los más débiles, de los más pobres, de los más desposeídos y seguramente allí nos encontraremos mano a mano con ?l??Es por eso que la propuesta del entrañable Pastor del Saltillo, nos suena a magisterio, ese que llega al corazón del pueblo, ese que impulsa a los hombres a cambiar la historia, porque el pueblo reconoce su voz??

Es por esto que en esta hora historia en que nos toco vivir, debemos allí donde estemos, redoblar el esfuerzo, para que junto a todos los hombres de buena Voluntad, nuestra vidas y las de nuestro pueblos sean Pascua?? paso, de la injusticia a la justicia, de la esclavitud hacía la libertad, del egoísmo a la solidaridad y finalmente del capitalismo, porque no al ecosocialismo del siglo XXI.- Animo compañero, que Pascua es lucha, que arranca en ?l y por ?l, lo mejor de nosotros a la muerte y lo convierte en vida.-

(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)