Está acusado de presuntos delitos de acoso moral, injurias y coacciones
El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, prestó declaración ayer en los juzgados penales de Granada por un presunto delito de acoso moral, injurias, calumnias, lesiones y coacciones al sacerdote Javier Martínez Medina. El prelado, el primero en España en sentarse en el banquillo de los acusados, negó los hechos y justificó la destitución del sacerdote y la retirada de su cátedra en la Facultad de Teología con una “pérdida de confianza” y apuntó que los obispos son «perfectamente libres en las decisiones que toman en sus Diócesis» y no necesitan dar «explicaciones».
Francisco Javier Martínez fue denunciado por el sacerdote Javier Martínez Medina, quien le acusaba de actuar “en represalia” contra él, y le denunció por acoso moral e injurias. El arzobispo es el primero que va a los tribunales por este tipo de asuntos. Durante la vista oral mantuvo que es “completamente falso” que actuase en contra de este sacerdote y afirmó que se siente “víctima de un acoso mediático”.
Negó los hechos
El arzobispo de Granada respondió a las preguntas de la acusación y la defensa, negando todos los hechos. Por su parte, el fiscal no formuló ninguna cuestión y ha solicitado la libre absolución del prelado. El juicio, que dio comienzo a las 8:30 de la mañana, se alargó durante todo el día.
Sin fieles
Pese a que el pasado 5 de junio de 2006, durante la fase de instrucción del caso, numerosos fieles se agolparon a las puertas de los juzgados para arropar a Martínez y recibirle entre aplausos, ninguno de ellos acudió esta vez hasta el tribunal.