El Defensor del Pueblo aplaude el acuerdo entre vecinos y arzobispo. Granada El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, reconoció a los vecinos que reclamaban la vuelta a Albuñol del cura Gabriel Castillo haber recibido «presiones» por parte de un determinado sector del pueblo a favor del traslado del sacerdote, aunque les aseguró que éstas no influyeron en su marcha. EFE Así lo afirmaron hoy a Efe los vecinos de Albuñol que se reunieron ayer durante unas dos horas en la sede de la Curia granadina con el prelado, quienes anunciaron asimismo que quedan suspendidas las manifestaciones previstas para reclamar el retorno de Gabriel y que trabajarán para conseguir una iglesia «de todos».
Según los feligreses Custodia Manzano, Teresa Blanco, Francisco Fernández, Daniel Morales y Javier Noguer, en la reunión, el arzobispo reconoció la existencia de «firmas, llamadas y presiones» para conseguir el traslado del cura, «aunque juró que éstas en ningún momento han influido en su decisión».
En este sentido, consideró, según los vecinos, que «asumió personalmente y bajo su responsabilidad» la medida, «con motivo de la falta de sacerdotes jóvenes en Granada y el área metropolitana, que pudieran acercar la juventud a la iglesia».
Les explicó asimismo que las normas por las que se rige la Iglesia no tienen nada que ver con las civiles y que, en su caso, la Diócesis está por encima de la voluntad de los sacerdotes y feligreses.
Manifestaron que el prelado confirmó la reanudación del culto el próximo domingo día 9 de septiembre a las 12:00 horas con la presencia de un nuevo párroco, «hombre afín y conocido para Gabriel, con la confianza de que la labor realizada por éste no cayera en saco roto».
En cuanto a Gabriel, se aclaró «que no iba a sufrir castigo ni represalia» y que en breve se le iba a asignar nueva parroquia, acorde con las necesidades de la Archidiócesis.
Los vecinos calificaron el encuentro de «cordial y satisfactorio» y expresaron que «sirvió para limar las asperezas existentes».