En vísperas de Pentecostés, mi amigo Manolo Gonzalez me hace llegar un libro del obispo católico Fritz Lobinger, titulado ?El Altar Vacío. Un libro ilustrado para debatir sobre la falta de curas??. Está publicado en Herder. Le comenté mis impresiones y me sugiere se las pase por escrito. Ahí van.
El título mismo del libro ?EL ALTAR VACÍO??, me traen dos contradicciones :
¿Altar?, cuando Jesús nos enseñó a sentarnos en una mesa de iguales. El altar es una aportación posterior, incorporación pagana, en la introducción se reconoce. La teóloga Dolores Alexandre en un dibujo explica : primero fue la mesa de hermanos, después pusieron el altar que nos separa, desde el Concilio Vaticano II queremos volver a la mesa que nos iguala. En el altar, la cena pasa a ser un sacrificio al estilo del AT.
¿Vacío? : ¿De quien? En los dibujos del libro, se ve un círculo de personas como faltos de vida porque no hay un ?cura oficial?? que los anime. ¿No es la comunidad la receptora del mensaje y de Espíritu de Jesús el de Nazaret? ¿ No será que lo que están vaciándose son los templos de creyentes, porque el Espíritu no vuela por allí?
La introducción de Estepa es muy interesante, pero ?apunta?? aunque no ?dispara??, quiero decir que presenta un estudio de las primeras comunidades apostólicas que son las que recibieron más originariamente el encargo de Jesús. Pero cuando llega a reconocer la clericalización y jerarquización dejando al pueblo, a los laicos de mero espectadores, dice ?que no entra en las causas??.
El libro reconoce el problema de la Iglesia institución de que no hay ?curas??, de que no surgen vocaciones por más que se le pide al Espíritu Santo ¿será que El no quiere este estilo ya?
Si no se profundiza en las causas del por qué estamos así, sobre cómo hemos llegado acá. La solución o soluciones que se den serán ??más de lo mismo para no cambiar nada??.
Las causas, lo que rompió esta mesa compartida, está como todos sabemos, en la compra de Costantino a los cristianos, dándoles poder, ropajes, templos, dinero, autoridad, sacándoles de la clandestinidad??se rompe la fraternidad, se apoya en el poder y no en el Espíritu que nos dejó Jesús. Se institucionaliza, deja de ser comunidad. ( De todo esto hay mucho escrito y conocido, sólo apuntarlo)
Estrada en la introducción parece que quiere aprovechar las ideas de este libro para abrir una brecha dentro de la institución, pero ya el agua corre a raudales y no se puede embalsar. El Espíritu se está haciendo presente en nuevos odres. Y la Institución teme se le desmande, por eso quiere encauzarla y no sabe como. Pero no cabe parches nuevos en vestidos viejos.
La Institución conoce que hay ya muchas comunidades que parten el pan y el vino en memoria de Jesús, y se fortalecen para servir donde viven. Y les preocupa, pero no dialogan con ellas.
En el libro hay una idea base : ?que se salve la institución??, lo que hay. En otro libro del mismo autor ( ? Equipos de ministros ordenados??) una serie de capìtulos trata de no asustar a los que tienen el poder, los titula :?? No es un riesgo para los sacerdote actuales??, ? Los ministros ordenados colaboran con los curas??,??Los equipos de ministros serán positivos para los sacerdores??, etc. Manteniendo la estructura jerárquica y haciendo a estos equipos de laicos ordenados de segunda clase. Ya en la edad media se inventaron los ?curas de misa y olla??, lo recordarán los que han estudiado nuestra historia. Pero hoy la cultura del pueblo es mayor y los deseos de igualdad y participación desbordan. Lo estamos viviendo en estas fechas.
Los dibujos que ilustran el libro, a mi modo de entender son patéticos, se repite un círculo de personas esperando, sin personalidad propia . Cuando en el NT : el Espíritu de Jesús, entraba en una comunidad y la dinamizaba, no un personaje ?oficial??, sino el Espírtu o es que ya no creemos en ?L. ¿ Lo que tenemos es más evangélico? Es necesario no reproducir lo que nos ha traído esta realidad caduca .
El libro, se preocupa muy mucho que los ordenados en las comunidades sean producto de una selección echa por el cura, como una prolongación del mismo . No habla de que tengan el Espíritu de Jesús, de que sus vidas sean testimonio del rostro del Nazareno. Lo que importa es que el esquema perdure. ¿No sería mejor descubrir la acción del Espíritu en los miembros de la comunidad? Se vislumbra que el autor del libro todavía al hablar separa Iglesia Institución, de la Iglesia de los laicos .
La realidad es que ya cada día hay más comunidades, fraternidades desde las que intentamos vivir esa vida comunitaria que Jesús nos enseñó, y entre nosotros hay reparto de carismas o capacidades, de servicios, y partimos el pan y bebemos la copa de Jesús que nos compromete a ser su rostro en la familia, en la sociedad, en el trabajo??
A mi me daría reparo, presentar este libro con sus dibujos a gente que conozco y que empiezan a simpatizar con el mensaje de Jesús el Nazareno. Cuando en todas las partes del mundo y en nuestras ciudades están dando su vida por hacer otro mundo posible, más humano y fraterno, este libro retrotae a una jerarquización y como que busca encorsetar lo que nazca nuevo, que ya está brotando.
Porque el libro, se preocupa mucho en aclarar que los ?curas célibes?? serán itinerantes y liberados económicamente, no así los ?ordenados laicos?? que tendrán sus trabajos para darse de comer a él y a su familia. Presentar esto, hoy, no se sostiene, cuando vemos que casados o solteros a la hora de darse, su disponibilidad no depende por ser célibes o no, sino por el fuego interior del amor que bulla en él. Y lo vemos en los movimientos populares y en la misma Iglesia.
En un capítulo titulado : Compensación económica por los servicios religiosos, cuando estos deben de ser gratuitos pues mucho tiempo llevamos convirtiéndolos en negocio. ¿Es que no se sabe hacer otra cosa que lo que hacemos?
Esta alternativa es una tentación para los que aún están metidos en ?cambiar la institución??. Para los curas progres y laicos tradicionales este camino no sólo no les complicaría la vida sino que tranquilizaría sus conciencias y los dejaría con su estatus. Retrasaría lo que llevamos andado, nos entretendría mucho tiempo, discusiones, comisiones de trabajo, como nos ha pasado durante la última década. Y ya es hora de que nos gocemos en este seguimiento de Jesús Camino y Verdad.
Pienso que tenemos que seguir esforzándonos en vivir el día a día del Evangelio, ?mirar cómo aman??, en caminar colaborando en nuestras comunidades o fraternidades, dejando paso al Espíritu que nos prometió Jesús, dedicándonos en conocer más al nazareno, y como ?l nuestro caminar sea cada día más al lado de los marginados, de los que gritan contra la injusticia y el mal reparto del patrimonio que el Padre nos dejó a los humanos, preocuparnos más por vivenciar que por cambiar los esquemas anquilosados.
Hemos de volver a leer la carta a los Hebreos( escrita para estos tiempos nuestros), que plantea este problema: la tentación de volver atrás, al templo, porque allí las trompetas siguen sonando y la tentación de dejar de compartir la mesa de hermanos con los desherados, pero resulta que es entre estos donde podemos encontrarnos con Jesús.
Que Pentecostés nos fortalezca.
Antonio Calderón Málaga 31 de Mayo del 2011