Los indignados iniciaron ayer sus discusiones sobre economía, trabajo y derechos sociales
Articular un debate «crítico» y «constructivo», pero también «alternativo», a la sesión anual sobre el estado de la Nación que este año el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, rechazó celebrar.
Ese es el objetivo bajo el que el integrantes del Movimiento 15-M de Madrid convocaron la segunda edición de una cita con la que pretenden dejar claro a los políticos que «no quieren debatir» que ellos sí están dispuestos a hacerlo.
En la primera sesión, que tuvo lugar ayer por la tarde en la Puerta del Sol, se habló de la situación actual, haciendo especial hincapié en los recortes en servicios públicos o el drama de los desahucios. Asimismo, se habló de economía, de las consecuencias del rescate a la banca española o de la necesidad de forzar una auditoría de la deuda en la que ya trabaja un grupo de personas vinculadas al 15-M. La reforma laboral, una reordenación del mercado de trabajo que apuntala el poder de los empresarios y abarata el despido, también estuvo presente en el debate.
Para la cita de esta tarde, se espera que los indignados expongan en su improvisado hemiciclo de la madrileña Puerta del Sol sus alternativas frente a la crisis política, económica y social. Así, se hablará de «otras formas de consumo», de banca pública o de cooperativas de trabajo. En el bloque de derechos sociales, varios ponentes explicarán la existencia de los alquileres sociales, la objeción de conciencia en sanidad frente a los recortes o la «autoorganización para una enseñanza de calidad».
La convocatoria no tiene como objetivo encontrar consensos, pues no se trata de una «asamblea decisoria», si no de un foro abierto en que diferentes ponentes hacen intervenciones explicativas sobre las problemáticas que preocupan en el movimiento. A estas intervenciones les sigue un turno de palabra público.