Domingo 7 de Febrero -- José María Castillo, teólogo

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Lc 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la Palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla: los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: ?Rema mar adentro y echad las redes para pescar??.

Simón contestó: ?Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes??. Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: ?Apártate de mí, Señor, que soy un pecador??.

Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: ?No temas: desde ahora, serás pescador de hombres??. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, le siguieron??.

1. Lo más importante de este relato es cómo destaca la profunda impresión, que produjo en Pedro y sus compañeros, la pesca tan abundante que inesperadamente hicieron cuando ellos, como pescadores, sabían que eso no era posible. El evangelio utiliza el sustantivo thambos, que se deriva del verbo thambeo y que significa literalmente ?el profundo estupor que se apodera de una persona , cuando asiste a una revelación divina?? (W. Grimm). Es el significado que tiene este verbo en la literatura clásica (Polibio, Plutarco).

2. Cuando Rudolph Otto explica la experiencia de ?lo santo??, habla del Mysterium tremendum, que es el estupor o el asombro ?ante aquello que en el indecible misterio se cierne sobre la criaturas??. Esto es lo que aquellos pescadores sintieron ante Jesús. Por eso ellos no se explicaban lo que veían. Porque veían a un hombre, pero tenían la experiencia de estar ante Dios.

3. La originalidad del cristianismo está en que no se limita a hablar de la ?relación?? del hombre con Dios, sino que plantea la ?unión?? del hombre con Dios. Es lo que ocurrió en Jesús. En él se veía a un hombre. Pero también se sentía a Dios. No es que Jesús fue elevado a la ?condición divina??, sino que, en Jesús, Dios desciende a la ?condición humana??. En esto reside lo más desconcertante de Jesús. ?l es la ?humanización de Dios??.