Domingo 24 de Febrero, 3º Domingo de Cuaresma

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Koinonía

3 de Cuaresma1.gifLecturas
?xodo 17,3-7: Danos agua de beber
Salmo responsorial 94: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Rm 5, 1-2.5-8: El amor ha sido derramado en nosotros
Jn 4,5-42: Quien beba de esta agua no tendrá sed jamás
Recordemos el carácter más o menos aleatorio que tiene la distribución de los textos bíblicos en la liturgia católica. No existe ninguna explicación de cómo se ha hecho tal distribución, ni de por qué tal texto en tal fecha. Una comisión lo decidió así, y no se conocen los criterios que siguió. Quienquiera puede conjeturar sobre ellos.

Se observa una ?asociación de ideas?? o de imágenes entre la primera y la tercera lecturas, mientras la segunda va por sus caminos propios, sin ninguna relación a las otras. La sucesión de los domingos tampoco muestra un criterio claro (como podría ser el de dar pie a un proceso sistematizado de formación teológica o bíblica), ni se da oficialmente la libertad para que al menos algunas comunidades especiales (jóvenes, grupos de formación, ambientes especiales…) pudieran hacer su propio «calendario litúrgico»… Son temas que quedan pendientes para una próxima reforma litúrgica…

Por lo demás, es claro que los textos propuestos en la liturgia están siempre a disposición de una interpretación libre: son como una poesía o una imagen simbólica: cada comunidad es libre de abordarlos desde el punto de vista que prefiera, y es casi imposible que dos cristianos, dos biblistas o agentes de pastoral encuentren la misma resonancia ante un mismo texto: a cada uno le evocará recuerdos y sugerencias de acción distintos. «Lo que se recibe, se recibe según el modo del que recibie», dice el adagio clásico.

Aquí también. Nuestro Servicio Bíblico Latinoamericano ofrece estos comentarios teológico-pastorales a los textos bíblicos de la liturgia (católica) también desde una sensibilidad propia, con un transfondo de opciones y de visión del mundo y de vivencia de la fe propios. Y los ofrece con humildad, sabiendo que no son los únicos, ni los mejores, pero con sencillez y sinceridad, porque son los nuestros, y los ofrecemos a quienes sintonizan con esta espiritualidad que con frecuencia llamamos «latinoamericana», pero que ya sabemos que se trata de una «latinoamericanidad» no materialmente geográfica, sino perteneciente a una «geografía espiritual».

Después de esta introducción que no es ?propia?? de este domingo, sino hábil para cualquier semana, entremos de lleno al comentario de los textos.

El texto estrella es el de la samaritana. Prácticamente, el capítulo entero. El famoso episodio del encuentro de Jesús con la samaritana, en el evangelio de Juan.

Algo quenos parece importante siempre que se comenta un texto del evangelio de Juan, es la apelación a su carácter simbólico peculiar. Juan no es un evangelio sinóptico, no es un texto narrativo, ni lo que nos cuenta es probablemente histórico. Juan es un evangelio enteramente simbólico, en el que los símbolos han sido extrapolados hasta desplazar a la realidad. En Juan no hay símiles, sino identificaciones: Yo soy la vid, le hará decir Juan a Jesús; no ?soy como la vid??, no, sino que ?soy la vid verdadera??, las demás vides -las de la realidad- no son verdaderas. ?Yo soy el Pan verdadero??: el resto de los panes son… sucedáneos. Yo tengo el ?agua verdadera??, la otra no quita la sed…

Al comenzar a comentar cualquier texto del evangelio de Juan es bueno recordar el estilo literario y simbólico enteramente peculiar de Jesús. Por respeto al público oyente sencillo, es conveniente recordar muy claramente que no estamos escuchando sencillamente la narración de una conversación tal como fue, sino que se trata de una sofisticada composición teológica que con intenciones muy profundas y a veces nada fáciles de detectar. Y que, claro está, se inscribe en el mundo mental e ideológico peculiar de Juan, enormemente alejado del nuestro, y que esta barrera cultural que nos separa del autor exige prudencia para no dar por válida cualquier conclusión ingenuamente.

De entre las muchas interpretaciones de que este texto puede ser objeto, nos vamos a fijar en dos dimensiones muy elocuentes para hoy: la superación de la religión y, consecuentemente, la apertura al diálogo interreligioso.

Está de moda el diálogo interreligioso en la teología y en el cristianismo en general. La situación del mundo actual no sólo lo posibilita sino que lo hace intevitable. El mundo actual está barajado religiosamente. A diferencia de las situaciones históricas, en el mundo actual las sociedades son más plurales cultural y religiosamente. Las migraciones, los intercambios, y la misma «mundialización», hacen que las religiones estén ya presentes unas a otras, inevitablemente. Virtualmente, todas las religiones se encuentran hoy diariamente con las demás, mientras que durante milenios han vivido prácticamente aisladas, tan distantes que cómodamente podían vivir su vida pensándose a sí mismas como siendo las únicas religiones de la (su) sociedad.

Jesús no vivió en este contexto pluralmente religioso que hoy nos invade, pero sí tenía que pasar por Samaria en sus viajes de Galilea a Jerusalén, y este episodio simbólico del evangelio de Juan nos permite representarnos el comportamiento de Jesús respecto a este pueblo que, si no era propiamente de otra religión, era considerado incluso como más distante, por ser tenido como hereje o cismático.

Juan dialoga con la samaritana, incluso por propia iniciativa. Juan no nos lo presenta como a la defensiva o sólo respondiendo. La iniciativa original, el acercamiento es de Jesús.

Lo importante puede ser destacar que Jesús dialoga interreligiosamente porque tiene un transfondo de «teología pluralista de las religiones», diríamos en lenguaje actual, con evidente anacronismo. No es primero el diálogo, y después la teología de las religiones, sino al revés: porque se tiene una visión abierta de la relación entre las religiones, por eso es por lo que se puede estar abierto, y se puede dialogar interreligiosamente.

¿«Dónde hay que adorar, en Jerusalén o en Garitzín»?, le pregunta la samaritana. ¿Es decir, ¿cuál es la religión verdadera? Y Jesús tiene una respuesta verdaderamente revolucionaria, que todavía no han asimilado los teólogos del pluralismo religioso. Jesús no dice que Jerusalén o Gartizín resulten opciones inválidad (religiones falsas), pero sí dice que quien quiera ir más al fondo («los verdaderos adoradores») no va a tener que ir ni a un lugar ni a otro, ni en una ni en otra religión, sino «en espíritu y en verdad». Es la respuesta revolucionaria: las religiones son relativas. No hay ninguna absoluta, a la que las demás deban ceder el paso. La única religiosidad absoluta es la adoración en espiritu y en verdad, más allá de una u otra religión.

Un autor como Sheenan (The First Coming: How the Kingdom of God Became Christianity, Random House 1986), sostiene que la novedad de Jesús consiste en la abolición de todas las religiones, de forma que podamos redescubrir nuestra relación con Dios en el mismo proceso de la creación y de la vida, en la historia. Puede asustar semejante afirmación, pero sólo de entrada. Recordando bien, sabemos que Jesús no «fundó» la Iglesia (es ésta la que se fundó después y se fundó en Jesús), siempre se mantuvo judío, y nunca pensó en fundar otra religión, sino en superarla. ¿Habrá sido el cristianismo una dimidiada inteligencia de lo que Jesús quería, que cristalizó luego en el siglo IV en medio de los enormes condicionamientos históricos de aquella época marcada por un imperio en decadencia? ¿Será que hoy, en medio de una grave crisis de las religiones y particularmente de las instituciones religiosas, se nos presenta una nueva y mejor oportunidad de entender y poner en práctica el mensaje de Jesús?

Respecto a la gravedad de la crisis de las religiones, proponiendo una interpretación antropológico-cultural de la misma, recomendamos la lectura de Mariá CORBÍ, Religión sin religión, PPC, Madrid 1986 (disponible en: www.servicioskoinonia.org/biblioteca), así como este artículo: http://servicioskoinonia.org/relat/352.htm

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 81 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. L?PEZ VIGIL, titulado «Junto al pozo de Jacob». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://www.untaljesus.net/texesp.php?id=1100081
Puede ser escuchado aquí: http://www.untaljesus.net/audios/cap81b.mp3
También el capítulo 82 tiene relación con el evangelio de hoy: http://www.untaljesus.net


Para la revisión de vida

– Jesús le enseña a la samaritana que «los verdaderos adoradores, adoran al Padre en espíritu y en verdad», es decir: con el corazón y con las obras de la justicia y del amor, no tanto con ritos o prácticas de «la religión verdadera» (Jerusalén o Garitzín). Mi religión… ¿está todavía muy pendiente de alguna «religión», o ha llegado a la profundidad de una «religión más allá de la religión formal»? ¿Qué tipo de culto le doy yo a Dios? ¿«En espíritu y en verdad»? ¿Veo el templo como un valor absoluto, o reconozco que Dios habita, sobre todo, en los pobres, en la justicia y el amor?

Para la reunión de grupo– ¿Nos justifica la fe o las obras? ¿Qué relación debe haber entre una y otras? ¿Tenemos esperanza o estamos defraudados ? ¿Cuál es el fundamento de nuestra esperanza? ¿Qué es más fuerte a los ojos de Dios: nuestro pecado o la fidelidad hasta la muerte, de su Hijo?
– Las respuestas de Jesús a las dudas e inquietudes de la mujer samaritana se elevan a principios fundamentales que hoy han cobrado palpitante actualidad en el tema del ?pluralismo religioso??. ¿Dónde hay que adorar, en Jerusalén o en Garitzín? ¿Cuál es «la religión verdadera»? ¿Qué sentido tiene esta pluralidad tan numerosa de religiones? ¿Hay una religión que es la verdadera frente a las demás? ¿El Tíber de Roma es más o mejor que el Jordán de Palestina, o el Ganges de la India, o el Támesis de Londres o cualquiera de los ríos que dan cauce a las expresiones religiosas de la humanidad? Analizar en grupo la respuesta de Jesús a la samaritana. Ver su aplicación hoy día no ya a la alternativa Jerusalén/Garitzín, sino a la problemática tan llamativa del pluralismo religioso.


Para la oración de los fieles

– Para que la iglesia actúe de tal modo que todos descubran que el Señor está en medio de nosotros. Roguemos al Señor
– Para que vivamos con esa auténtica fe que se muestra en las obras de amor y la justicia, el «culto en espíritu y en verdad». . Roguemos…
– Para que nunca olvidemos que Dios nos ama, y permanece siempre fiel a sus promesas. Roguemos…
– Para que aquellos que, en nuestra sociedad moderna, mueren de sed de amor, de cariño, de compañía, encuentren personas cercanas y solidarias. Rogamos…
– Para que todos los que viven sirviendo a sus hermanos nunca desfallezcan por cansancio ni desánimo. Roguemos…
– Para que todos bebamos el agua viva que viene de Dios y nos la trae Jesús, única que apaga de verdad nuestra sed. Rogamos…

Oración comunitaria
Dios, Padre Madre universal, que en Jesús nos indicas cuál es la verdadera religión, más allá de toda religión formal. Haz que comprendamos que ha llegado la hora en que como verdaderos adoradores te adoremos en espíritu y en verdad, en justicia y amor, en apertura y solidaridad con todos nuestros hermanos y hermanas. Como nos enseñó Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.