El ideal de los seguidores de Jesús es ser como él, es decir, siervo y servidor de todos, como lo es el pequeño: uno de «los pequeños hermanos» de Jesús, declarados dichosos en el sermón de la montaña.
No tenemos por qué ocultar nuestros bienes, ni ignorar su origen y destino. Tampoco debemos ocultar que somos pobres o que queremos ser pobres. Me preguntaba en la introducción de esta intervención: ¿Son dichosos los pobres por el hecho de ser pobres? ¿Qué pobreza es proclamada dichosa según los evangelios? He titulado mi colaboración: «amar al Señor con todas las riquezas o la dicha de ser pobres». No es una disyuntiva, sino una equivalencia. Aquel que sirve al Señor con todas las riquezas conoce la dicha de ser pobre. Vaya un breve apunte sobre la dicha evangélica. ··· Ver noticia ···
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