En enero y febrero pasados el establishment de Estados Unidos – desde las gradas de un improvisado circo romano – miraba alborozado el imprevisto espectáculo donde minúsculas fieras devoraban a los ciudadanos chinos. De golpe China no era más la locomotora económica del mundo, no más crecimientos increíbles, no más altivez. Una epidemia estaba paralizando su vida social y la actividad económica, triturando el orgullo del Partido Comunista Chino luego de su marcha triunfal de cuarenta años. ··· Ver noticia ···
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