Contundente respuesta del Obispado, que suspende al acusado en su ministerio sacerdotal
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Nuevo caso de pedofilia en la Iglesia española. De nuevo, en Castellón. Y como en las dos últimas ocasiones (Burriana y Valencia), con una respuesta contundente del Obispado. La Guardia Civil de Castellón ha puesto a disposición judicial como detenido al cura de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de la localidad castellonense de Vilafamés, al que el fiscal le imputa un delito de distribución de pornografía infantil. Los agentes encontraron en la parroquia más de 21.000 archivos de contenido pedófilo, que ocupaban alrededor de 600 GB, según ha informado la Fiscalía de Castellón en un comunicado.
El cura prestó declaración ante el juez de guardia, quien ordenó su puesta en libertad provisional con la obligación de comparecer quincenalmente ante la autoridad judicial.
Como ya sucediera en el caso del carmelita de Burriana, denunciado por la propia congregación tras un caso de abusos sexuales a un monaguillo que ahora está juzgándose, el Obispado de Castellón, dirigido por Casimiro López-Llorente, emitió un inmediato comunicado. En el mismo, la diócesis subraya que, «de ser cierta la imputación, es este un hecho que nos duele profundamente, que lamentamos con sinceridad, y que rechazamos sin paliativo alguno».
«Se trata de un grave delito, no sólo en el Derecho Penal del Estado, sino que también está considerado como un delito muy grave en el Derecho Canónico de la Iglesia, reservado por ello a la Congregación para la Doctrina de la Fe», constata el comunicado, que añade que el obispo, tras haber hablado con el sacerdote denunciado, «ha decretado la suspensión cautelar en todos sus cargos así como en el ejercicio del ministerio sacerdotal».
Esta conducta «contradice el deber y el compromiso a la castidad de todo sacerdote católico y atenta contra la santidad del ministerio sacerdotal y la credibilidad del mismo», añadió la diócesis, que mostró su pesar por el hecho de que acciones de este tipo «pueden poner en entredicho en muchos fieles, la fidelidad de la mayoría de nuestros sacerdotes».
Finalmente, la diócesis «muestra su disposición total hacia los tribunales de justicia en el esclarecimiento de los hechos, y a la vez ofrecerá al sacerdote imputado los medios necesarios para su justa defensa». Al tiempo, pide a los fieles «que la conducta de un sacerdote no lleve a la desconfianza en todos los demás, que trabajan por ser fieles al Don que han recibido de Dios».
Por otro lado, la alcaldesa de Vilafamés (Castellón), Luisa Oliver, ha expresado hoy su «sorpresa» e «indignación» tras conocer que el párroco del municipio ha sido detenido por distribución de archivos pedófilos, algo que ningún vecino del pueblo «podría haber imaginado».
En declaraciones EFE, la alcaldesa ha contado que el sacerdote se hizo cargo de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción hace quince años, después de haber oficiado una temporada en Benicàssim.
Durante todos estos años, «nunca ha dado nada de que hablar», «celebraba homilías, daba sermones de diez», tenía una relación muy estrecha con los vecinos de este pueblo de 2.000 habitantes y estaba «muy involucrado en temas culturales», ha recordado.
La noticia de su detención y el motivo de la misma ha supuesto un «mazazo» para la alcaldesa, quien ha condenado cualquier hecho relacionado con la pederastia.
El cura fue arrestado hace dos días, durante los cuales no se ha oficiado misa en la parroquia, pero los vecinos no lo han sabido hasta ahora, ya que la operación se ha llevado a cabo bajo secreto, según ha explicado.
«Creíamos que teníamos un buen párroco, ninguna persona había denunciado nunca nada raro», ha lamentado aún contrariada por la detención.