Después del 15-S: No pares, sigue, sigue?? para construir una alternativa social y política a los ajustes y recortes -- Carlos Girbau

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Sin Permiso

El sábado 15 de septiembre varios centenares de miles de personas venidas de todos los rincones colapsaron con su presencia el centro de Madrid, la capital del Reino de España, para decir que por la vía de emprobrecer poblaciones, recortar derechos y rescatar bancos no se sale del pozo de la crisis al que nos ha llevado la política neoliberal que hoy aplica el Gobierno del PP, ?aunque no le guste??, a los dictados de la Troika.

Dice el refrán que ?la alegría dura poco en casa del pobre?? y, a tenor de las crónicas y titulares de la prensa española, el refranero no se equivoca. Ante la gigantesca manifestación del 15-S, las grandes empresas de comunicación apuestan con matices por el mismo fondo: ofrecer cifras a la baja, indicar que quienes acudieron fueron menos de los previstos e insistir en la inutilidad de la acción y sus propuestas, como advertía desde la reunión del Ecofin en Chipre el ministro de economía De Guindos. Ningún medio impreso, ni los más favorables, escapan a tales axiomas.

Nadie le exige al gobierno que escuche a la calle o cambie de posición. El País en su editorial busca primero satisfacer a sus posibles lectores, que supone en la manifestación, para a continuación aplaudir la tesis oficial de la ?inevitabilidad?? del rescate, la inutilidad de la resistencia y buscar la complicidad que facilita las subvenciones o la renegociación de créditos en Bankia. Como puede verse, lo prioritario es negarle el éxito al convocante, lo segundo desanimarlo y, lo tercero, ningunearlo restándole legitimidad. Todavía se recuerda el tratamiento dado a la concentración que se produjo en la plaza de Colón cuando vino el Papa y se reunieron allí un ?millón de almas??. Nadie habló entonces de que fueran ?acarreadas?? en autobuses, como ha publicado algún periódico.

El reino de la mentira

Pocos días antes de la gran manifestación convocada por la CUMBRE SOCIAL CONTRA LOS RECORTES, que agrupa a más de 150 entidades y redes de la sociedad civil organizada y que lideran los dos sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT), Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, decía en una larga entrevista en Televisión Española que no tenía previstas más medidas contra los derechos y el nivel de vida de la población. Ese mismo día, la prensa finesa publicaba otra entrevista en la que el propio Rajoy afirmaba que los recortes eran inminentes e imprescindibles. Y el mismo día de la manifestación de Madrid, en la reunión del ECOFIN en Chipre, limitado aún más por una enfermedad sobrevenida, Luis de Guindos (Ministro de Economía), insistía en que lo único sagrado para el gobierno era la reducción del déficit e inyectar dinero a los bancos.

Mentir compulsivamente. Mentir para confundir. Mentir para desanimar, mentir, en resumen, para seguir con esta especie de ?rebelión de los ricos?? que, amparada en los principios ideológicos del neoliberalismo, ha roto los consensos que apuntalaron la Transición en el Reino de España y que se construyeron a partir de tres pilares: la consecución de un conjunto de derechos políticos y sociales básicos para la ciudadanía, una arquitectura representativa que los reflejaba y una estructura jurídica que los garantizaba. El fondo de la acción política del Gobierno es precisamente avanzar en esa rebelión del capitalismo arrogante para recuperar lo fundamental de unos resortes que en su mente nunca debieron perder. Para ello, hay que mentir, falsear y manipular y hacerlo con especial empeño ante un nuevo rescate inútil que, como todos los anteriores en Grecia, Portugal o Irlanda, será terriblemente lesivo para la mayoría de la ciudadanía.

Un paso importante

La movilización del 15-S demuestra que si bien cada día la mentira y la patraña se agigantan, su peso es cada vez menor. La gente vino a Madrid para exigir decidir sobre las cosas que les afectan, máxime cuando éstas se refieren a cuestiones esenciales de su vida (empleo, salud, educación, vivienda, etc.). Ese empeño democrático básico se resume en la defensa de la necesidad de un referéndum sobre las medidas de ajuste y rescate, las condiciones impuestas por los acreedores de la UE. Y que la movilización esgrimió como conclusión fundamental práctica para el día siguiente a la propia manifestación del 15-S.

La organización de esa consulta constituye la forma de responder positivamente contra el fraude democrático que representa esta crisis y su gestión por quienes se comprometieron a todo lo contrario en su programa electoral. Una crisis que la gente paga a través del dinero de sus impuestos, de los recortes en su nivel de vida y bienestar, que gestionan otros con programas diferentes a los que se presentaron a las elecciones y del que sacan ventaja aquellos que la provocaron y a los que nadie controla ni pide explicaciones.

La sensación de estafa e indignación que llenó las plazas de buena parte del territorio del Reino de España hará ya casi un año y medio con el movimiento 15-M, sigue ahora viviendo en acciones como la del sábado 15-S, tras confluir con los sindicatos, y en propuestas como la de la consulta ciudadana contra los recortes. El mensaje no puede ser más claro: referéndum o huelga general, como señalaron los secretarios confederales de CC OO y UGT. Una antinomia que busca poner en evidencia la erosión de legitimidad democrática del Gobierno Rajoy a solo nueve meses de su elección, llenar de contenido político la convocatoria más que probable de una huelga general por CCOO y UGT, que ya sólo podrá exigir la dimisión del gobierno, y articular una propuesta de organización de la sociedad civil que implique a millones de ciudadanos en la convocatoria de una consulta popular pueblo a pueblo y barrio a barrio.

De esa consulta, de su organización, saldrá el camino hacia una propuesta política diferente a la del recorte constante y la resignación perenne a las políticas neoliberales. Una alternativa política de izquierda que habrá que construir de abajo a arriba sobre la propia movilización social, para que la represente.

La primera consecuencia política del 15-S es que quizás Rajoy pueda pretender ningunear la masiva movilización de los sindicatos y las organizaciones sociales. Pero quién no podrá desde luego es Rubalcaba y la actual dirección del PSOE. En su pospuesto y reciente Consejo Federal desechó la propuesta del secretario general de la federación madrileña de este partido, Tomás Gómez, de encabezar la campaña por un referéndum, alegando la conveniencia de una oposición ?responsable??, abandonadas ya sus pretensiones iniciales de ?unidad nacional?? frente a la crisis. Pero después del 15-S no tiene ya margen de maniobra: si no apoya el referéndum, si no apoya la huelga general, si no apoya la consulta popular, Rubalcaba mostrará más, si cabe, su inutilidad y hasta su hostilidad por la movilización sindical y ciudadana, ensanchando la fractura con su base social, que recogen todas las encuestas, y alimentando la crisis interna del PSOE.

En este sentido, la convocatoria y el proceso de la Cumbre Social no sólo es un mecanismo de legitimidad democrática esencial de la huelga general, sino también de clarificación de los elementos fundamentales de una alternativa de izquierda a las políticas neoliberales de ajuste y rescate del PP y la Troika. Un mecanismo de construcción de la unidad de la izquierda social y política de abajo a arriba.

Así, que no es tiempo de parar, sino de seguir y seguir??

Carlos Girbau es coordinador del Foro Social de Madrid, una de las organizaciones participantes en la Cumbre Social y convocante de la manifestación del 15-S en Madrid.