Desde la indignación -- Juan Argudo

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Atrio

Desde la indignación y gran decepción, me sumo a esta propuesta que acabo de recibir de unos amigos, por considerarla realista, racional y más cristiana:
-Realista, pues, a dos días de las elecciones, urge decidir y actuar con inteligencia, siendo coherentes con nuestros principios y valores.

Comparto ?que abstenerse, votar nulo o en blanco, es un riesgo evidente, y quizá incluso una grave irresponsabiidad en estos momentos??. Momentos en los que, por minutos se precipitan las noticias cada vez más alarmantes, por ambigüas y contradictorias. Ayer, p.e., después de que el enésimo plan de rescate fuese un nuevo fracaso, las primas de riesgo alcanzaron máximos históricos. Por otra parte, Bruselas da marcha atrás y descarta censurar a las agencias de rating. También es noticia que Cospedal anuncie ?protestas cuando Rajoy diga lo que hay que hacer??.

Hoy, p.e., el presidente del eurogrupo, Juncker, se desayuna con estas tres guindas del pastel: ?La deuda alemana es mayor que la española, pero nadie dice nada. Es de un 83% del PIB??. También afirma que Gran Bretaña no podrá ofrecer por mucho tiempo resistencia a una regulación efectiva de los mercados en el nivel europeo????Y la tercera: ?Los europeos no pueden convertirse en la pelota de losm mercados fiancieros??.

En toda esta deriva neoliberal en la que nos han sumido, lo que priva es la pura y dura codicia frente a la solidaridad más elemental.

Pienso, con I. Escolar, que ?los inversores juegan a forrarse especulando contra la deuda de los paises del euro porque ya ha quedado claro que Alemania va a dejar hacer por un buen rato. A ambos les interesa. unos los especuladores, ganan apostando a la baja contra media Europa (ya sufre hasta Francia); la otra, A.Merkel, consigue que Alemania se financie más barato y al tiempo nos impone su plan de recortes: su programa político sin pasar por nuestras urnas?????? Mientras tanto, Mariano Rajoy, siempre preciso y concreto, afirma que va a decir a Europa que ?España es una gran nación??.

-Racional, por su análisis crítico y verdaderas argumentaciones lógicas, no demagógicas, a la vez que respetuosas con las distintas opciones personales.

-Más cristiana, pues, pese a Rouco y sus secuaces, es evidente que los valores de la izquierda y progreso social son más acordes con el auténtico mensaje de Jesús de Nazaret, que no es otro, todavía hoy, que la opción de Dios Padre-Madre por los más necesitados, frente a todo tipo de poder: político, religioso o financiero. Esta fue, sin duda, la causa real, histórica, de su muerte. Este es también motivo de esperanza, para todos los que, indignados, decepcionados, critianos o no, luchamos por un mundo mejor.

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Amigo, amiga:

Lo que sigue parte de un par de preocupaciones compartidas, en relación con el momento político que vivimos, y más concretamente con las muy próximas elecciones del 20-N: en primer lugar, la preocupación que much@s sentimos ante la posibilidad de que gane esa derecha que los titulares de la prensa dictan como ganadora desde hace meses; en segundo lugar, la preocupación por esa propaganda que se está haciendo a favor del abstencionismo, el voto en blanco o el voto nulo.

Lo que sigue parte también del supuesto de que, al menos en cuestiones políticas, casi tod@s sabemos con bastante aproximación qué intereses defiende cada opción. Y que ya no podemos caer en una especie de ingenuidad que nos pueda llevar a cerrar peligrosamente los ojos ante las evidencias.

Yendo a lo concreto: las evidencias son, tod@s lo sabemos, que el PP es el partido al que apoyan directamente quienes han provocado la crisis económica: los banqueros que se quedan con el dinero de nuestra hipoteca y con nuestro piso; los grandes empresarios que quieren nuestro despido libre; las grandes fortunas que no consienten que se les grave con impuestos su patrimonio pero sí que nos graven a nosotr@s ; los grandes especuladores del suelo que provocaron la burbuja inmobiliaria y destrozaron el territorio y el paisaje; los especuladores financieros que iniciaron la crisis económica actual.

El PP, la gran derecha, es aquí el partido que verdaderamente representa de forma directa al gran capital español e internacional, es decir, a quienes nos han hundido, nos están hundiendo o nos hundirán en la miseria, a nosotr@s y a millones más en todo el mundo.

Por tanto, el PP se va a encargar de llevar a cabo, sin dilaciones y sin ninguna duda, con absoluta seguridad, la política de los mercados en crisis. El PP sí que no va a vacilar, va a hacer esa política, y la va a hacer encantado, porque el PP son ellos mismos, los mercados. Y va a hacer esa política de forma segura, institucionalizada, desde el gobierno central, los gobiernos autonómicos, las diputaciones, los ayuntamientos.

Sabes, sabemos, que el supuesto programa de recuperación económica del PP no dice, de ninguna manera, cómo va a llevarla a cabo. Pero las evidencias nos dicen cómo lo piensa conseguir:

-No mediante una política de impuestos a las grandes fortunas y a las finanzas: a eso se han negado ya de forma explícita.

– Sí mediante recortes institucionalizados de lo público: de hecho, lo ha empezado a hacer en cuanto ha llegado a los gobiernos autonómicos (o continuado en ellos) tras las elecciones de mayo pasado. Sus drásticos recortes en lo público (sanidad, educación, servicios sociales) en Castilla-La Mancha, en Madrid, no son más que un anuncio de lo que vendrá. Sin olvidar que, previamente, el PP ya estaba llevando a cabo una política de privatizaciones de los servicios públicos a favor de empresas a quienes viene pagando el gasto normal??más un plus: las ganancias que estas empresas exigen, y todo ello con dinero público.

-Sí retomando la economía especulativa, que es precisamente la que ha creado la crisis. En este sentido, son significativas las señales que da el PP desde el gobierno valenciano: sigue tramitando proyectos urbanísticos y planes de ordenación urbana en más de 100 municipios (más de 2 millones más de futuros habitantes); ha aprobado decretos que prolongan los derechos caducables de los urbanizadores por más tiempo; intenta reformar la ley para que se pueda construir en áreas quemadas; y ha aprobado que se pueda construir centros comerciales en suelo no urbanizable.

-Sí endureciendo las condiciones de trabajo mediante fórmulas ?flexibilizadoras?? del contrato y el despido.

Naturalmente, todo ello necesitará, con el tiempo, una restricción de los derechos y un aumento del autoritarismo y del centralismo. El PP, por tanto, va a favorecer a la ultraderecha. De hecho, ya está recogiendo la intención de voto de esta.

Por tanto, con el PP, la recuperación económica, si la hubiese, será fundamentalmente a favor de los grandes empresarios y financieros y en detrimento de las condiciones de los trabajadores, de las pequeñas empresas y de los servicios públicos, restringiendo además los derechos democráticos.

Con el PP, el cinismo y la corrupción van a campar a sus anchas. Ya lo está haciendo: ha mantenido a sus imputados por corrupción en sus puestos y en su militancia hasta el último momento, en una actitud de defensa extrema que sólo puede explicarse por la implicación del propio partido como tal (y no sólo unos corruptos a nivel individual, como ha ocurrido en otros partidos que sí los han suspendido de cargos y de militancia). Durante la campaña electoral, sigue haciendo ostentación de su apoyo a la corrupción: no hay más que ver cómo pasea por sus mítines a Aznar, quien (además de desencadenar la cruel guerra de Irak con la excusa de unas armas de destrucción masiva que nunca existieron), ha trabajado a favor de la especulación financiera (empresa Centaurus) en el paraíso fiscal de las islas Caimán, y ha sido denunciado al ser consejero del magnate de la prensa, defraudador y extorsionador Murdoch. ¿De verdad es esta la manera que tiene el PP de demostrar sus supuestos compromisos con una economía y una política al servicio de los ciudadanos? ¿No es más bien que nos está diciendo descaradamente cuáles son sus intenciones reales?

Quizá alguien piense que no hacía falta recordar todo esto, que ya lo sabemos. Pero precisamente por eso, porque lo sabemos, no podemos sino preguntarnos qué hacer, en concreto el 20-N.

Y aquí viene la segunda preocupación citada al principio. La de la tentación de abstenerse (o votar en blanco, o votar nulo) bien sea por hastío, por indignación, por revancha, por dar una lección, o por falta de ganas. Quizá todo ello con cierta justificación, y desde luego con todo el derecho del mundo. El problema viene cuando constatamos, y hay muchos trabajos sobre ello, que tanto la abstención como el voto en blanco como el voto nulo van a favorecer a la opción más votada. Y si esta parece previsible que sea el PP, entonces ya sabemos a quién estamos favoreciendo con esas opciones.

Naturalmente, además del voto tenemos otras maneras de actuar en democracia para cambiar la democracia. Sí, pero a unos días vista de las elecciones, no parece que esas maneras estén tan activas como para que sean efectivas antes. Y el caso es que cuando pasen estos pocos días lo podemos tener peor si el partido de los mercados consigue tener todo el poder en sus manos.

Sabemos, pues, que abstenerse, votar en blanco o votar nulo es un riesgo evidente, y quizá incluso una grave irresponsabilidad en los momentos actuales.

Entonces, lo lógico es votar. Y, claro está, votar a lo que llamamos genéricamente la izquierda. Pero ¿a qué izquierda?

Lo cierto es que toda la izquierda, en sus programas, apuesta por medidas muy diferentes a las de la derecha. Medidas que, de llevarse a cabo, podrían dar unas mínimas garantías de protección ante el desmantelamiento de los servicios públicos y de los derechos democráticos, al tiempo que podrían evitar un mayor deterioro económico, puesto que todos sus programas detallan actuaciones posibles para al menos frenarlo. Cosa que no proyecta la derecha, como hemos visto y sabemos.

Lo cierto es, también, que la izquierda en su conjunto, suscita críticas y simpatías.

-Críticas a la izquierda en el gobierno porque, aunque fuese bajo la grave coacción de una más que posible intervención de los mercados (como finalmente ha sucedido en Grecia y en Italia) ha tomado ciertas decisiones contrarias a los intereses populares. Críticas a esa misma izquierda y al resto de la izquierda, en gobiernos autonómicos o municipales, porque ha tomado decisiones favorables a la misma economía especuladora que nos ha traído la crisis: como bien sabemos, la aprobación de proyectos urbanísticos innecesarios y destructores del territorio por ayuntamientos de izquierdas (o de derechas con la connivencia de la izquierda) ha ocurrido en ocasiones durante los años del boom de la construcción.

-Simpatías por parte de mucha, muchísima gente, que la ven como lo que puede y debe hacer barrera a ese gobierno del capital que se nos viene encima. Militantes, simpatizantes o votantes de una opción u otra de izquierda: de partidos grandes o pequeños, de partidos de herencia socialista, comunista, ecologista o nacionalista, más radicales o menos, con todos sus errores a gran o a pequeño nivel??pero sin duda gente que está por esos partidos y desde luego por opciones de gobierno que impidan el deterioro económico y democrático.

Teniendo en cuenta esto, no es racional excluir ninguna opción de izquierda. Tampoco es racional autoexcluirse. Hay que votar, y votar por lo que cada cual considere más adecuado dentro del amplio abanico de la izquierda. Pero votar para EXIGIR, cuando votemos y después, que esa izquierda lo sea de verdad, que no se deje llevar por arrogancias de partido, pues aquí todo el mundo ha tenido sus errores. No parece que nos demos cuenta, pero lo cierto es que somos los ciudadanos quienes hemos de exigir a los partidos de izquierda que lo sean de verdad. Este es un buen momento para demandarles con nuestro voto favorable que, si por fortuna, y gracias precisamente a ese voto nuestro, sumasen un número suficiente de escaños, actúen conjuntamente y lleguen a los necesarios pactos para impedir el paso a la derecha y para llevar a cabo una verdadera política de reformas económicas y democráticas de izquierda.

Este escrito tiene que acabar necesariamente con una llamada, pues tú sabes que tú decides.

NO TE ABSTENGAS, NO VOTES EN BLANCO, NO VOTES NULO.

VOTA CUALQUIER OPCI?N DE IZQUIERDA, LA QUE PREFIERAS, GRANDE O PEQUE?A, MÁS RADICAL O MENOS, ECOLOGISTA, NACIONALISTA O ALTERNATIVA.

VOTA A TU IZQUIERDA: LA TUYA, LA QUE CONSIDERES MÁS CERCANA, MÁS CREÍBLE.

EXIGE CON TU VOTO UNA ACTITUD CONJUNTA DE LA IZQUIERDA QUE IMPIDA UN GOBIERNO DE LA DERECHA. Y, SI ELLO SE LOGRASE, QUE ESA IZQUIERDA COMIENCE ENSEGUIDA A CUMPLIR CON LAS DEMANDAS CIUDADANAS DE PROFUNDAS REFORMAS ECON?MICAS Y DEMOCRÁTICAS.

INTENTA QUE OTROS HAGAN LO MISMO.

SEGURO QUE TODOS NOS LO AGRADECEREMOS.