En la cumbre de Copenhage habrá una amplia representación de confesiones religiosas y de iglesias cristianas. Un momento central de esta presencia cristiana se hará visible en la celebración ecuménica que tendrá lugar el Domingo 13 de Diciembre en la Catedral Luterana de Copenhague. Los padres José Ignacio García y Jacques Haers asistirán en la delegación de Franciscans International, que es la ONG que aglutina a decenas de congregaciones franciscanas. Ellos y ellas tienen una larga experiencia en el seguimiento de las cuestiones medioambientales.Los dos jesuitas escribirán un blog durante la Conferencia en Español e Inglés.
A media que se acerca el comienzo de la Conferencia sobre Cambio Climático en Copenhague (7-18 de Diciembre próximo) las noticias que se van produciendo son un poco pesimistas sobre su posible éxito.
Pero no deberíamos dejar que el caudal de información en torno a acontecimientos de esta magnitud nos haga olvidar algunos datos de interés. En primer lugar se trata de procesos de negociación, es decir, de largos períodos de tiempo, y no de una única reunión. En concreto la Conferencia de Copenhague querría sustituir el Protocolo de Kyoto que expira en 2012. Luego, después de Copenhague todavía hay vida. Copenhague se ha visto precedido por una serie de encuentros previos (Bonn, New York, Bangkok and Barcelona) y ya están previstos otros después de la cumbre. Así que aunque en Copenhague no se alcanzasen todos los acuerdos previstos las negociaciones van a continuar. Pero es que, además, es posible que en Copenhague sí se consigan importantes acuerdos.
Todas las reuniones previas han permitido ajustar los términos de discusión. Por ejemplo en los objetivos sobre emisión de gases, o en la necesidad de compensar a los países menos desarrollados por las emisiones acumuladas o las posibilidades de las energías renovables. Hay aspectos que también tendrán que aparecer en el acuerdo como es el impacto de la reforestación (y su capacidad para equilibrar emisiones o no) y las transferencias tecnológicas. Mucho está ya discutido, y se cuenta también con mucho soporte científico y análisis económico. Es el tiempo de los acuerdos, pero debemos ser optimistas, tal vez no sea exactamente el acuerdo que nosotros desearíamos pero lo más probable es que en Copenhague se produzcan buenas noticias.