El desarrollo sostenible o sustentable es un modelo que tiene como eje central el mejoramiento de la calidad de la vida humana, sin destruir los ecosistemas de la Tierra. Busca que los beneficios de la naturaleza y la sociedad alcancen a las actuales y futuras generaciones. Consiste también en la integración económica de la conservación de los recursos naturales dentro de los procesos de desarrollo, a fin de asegurar la supervivencia del ser humano y de las demás especies. Es decir, los aspectos económicos, sociales y ambientales unidos en una interacción dinámica y balanceada, cuidando del medio ambiente.
El concepto de género y desarrollo sostenible no sólo implica la satisfacción de las necesidades básicas, también contempla la participación de mujeres y hombres construyendo formas de interacción que protejan los recursos naturales, con la finalidad de que la sociedad actual no perjudique la capacidad productiva, social y ecológica de las futuras generaciones.
De igual manera pretende construir un modelo de vida social caracterizado por relaciones sociales, étnicas y genéricas equitativas, en el cual se aplique un uso sostenible de los recursos de la Tierra.
Los estudios acerca del género y el desarrollo sostenible se basan en cuatro principios: están centrados en la condición humana, expresan preocupación por la problemática de la desigual distribución del poder, postulan la participación activa y democrática de mujeres y hombres y pretende mejorar la calidad de vida de ambos géneros, en las actuales y próximas generaciones.
Cuando la perspectiva de género se aplica en las estrategias de sostenibilidad, el resultado es un desarrollo más sostenible, pertinente y equitativo, basado en la plena e igual participación de las mujeres y los hombres, en sus respectivos conocimientos locales, y en los factores ecológicos y socioculturales.
El desarrollo sostenible surge como un nuevo modelo propuesto para sustituir el viejo tipo desarrollista basado en medidas económicas que no considera la sostenibilidad de los procesos económicos, ambientales y sociales y que, por ende, ha conducido a un crecimiento asimétrico injusto y destructor de los recursos naturales indispensables para el bienestar humano a largo plazo.
La sostenibilidad es un principio organizador de la sociedad, porque implica que los procesos económico-productivos, que dependen de los recursos naturales, puedan mantenerse en el tiempo sin colapsar o experimentar un rápido deterioro. Consiste en una visión a futuro que exige prevenir las consecuencias de las decisiones del presente.
Implica pensar en los impactos de los procesos productivos y de los estilos de vida adoptados o a adoptar, a mediano y largo plazo.
El desarrollo sostenible nace de las filosofías ecologistas, una visión integral de la sociedad, la cultura y la naturaleza, que analiza las interdependencias e interconexiones de estos factores a los cuales no se les puede considerar