DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE Y G?NERO. Guadalupe Cruz Jaimes

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Cimac

El desarrollo rural sostenible y el género representa un conjunto de acciones orientadas por una estrategia nacional y políticas públicas diseñadas específicamente para alterar los factores responsables de las inequidades genéricas, sociales, económicas e institucionales que limitan el desarrollo del sector rural, los cuales no garantizan la participación efectiva de mujeres y hombres en el proceso y los beneficios del desarrollo.

La degradación de la tierra a causa del cambio climático, el crecimiento demográfico, el exceso de explotación de los campos de cultivo y la pobreza representan un peligro para la seguridad alimentaria, la supervivencia de la población que habita las zonas rurales y la conservación de la biomasa y la biodiversidad.

Las tierras áridas plantean problemas distintos a las mujeres y a los hombres rurales debido a los diferentes papeles de cada uno de ellos, las relaciones y responsabilidades que viven, las oportunidades y limitaciones y por el diferente acceso y control de los recursos.

Las políticas públicas y los programas agrícolas, ambientales y otros relacionados no suelen reconocer las necesidades particulares de las mujeres, ni su contribución en la utilización y la ordenación de los recursos de la tierra.

Incorporando una perspectiva de género en la política ?tomando en cuenta estas condiciones de desigualdad entre mujeres y hombres–, los proyectos y los programas pueden promover modalidades innovadoras para combatir la degradación de las tierras y la inseguridad alimentaria, entendiendo mejor la función de las mujeres y los hombres del campo, y sus respectivos intereses y necesidades.

Para diseñar un proyecto con enfoque de género, se debe considerar que hombres y mujeres tienen diferentes roles y distintas necesidades, tomando en cuenta los diversos tipos de unidades domésticas y el triple rol femenino: productivo, reproductivo (como madre) y de servicio a la comunidad.

También deben identificarse las necesidades prácticas y estratégicas de género en busca de la equidad social y no sólo económica, considerando aspectos tan importantes como la etnia y la clase social.

Para la planificación, diseño o evaluación de programas y proyectos existe una ?lista de chequeo?? detallada con seis factores exploratorios integrales para la identificación de áreas en las que la diferencia de género puede tener un impacto en el éxito de intervenciones de desarrollo: división del trabajo, fuentes de ingreso, patrones de gastos, disponibilidad de tiempo en las temporadas, toma de decisiones y acceso y control de los recursos.

El resultado de aplicar un enfoque de género sería un desarrollo sostenible, pertinente y equitativo, basado en la plena e igual participación de las mujeres y los hombres rurales, en sus respectivos conocimientos locales, y en los factores ecológicos y socioculturales.

De igual manera se lograría un desarrollo de las tierras sensible a las cuestiones de género, lo que implica una oportunidad para las mujeres y hombres de unir su esfuerzo a favor de la seguridad alimentaria y los recursos naturales básicos en forma sostenible.