Desarrollar las libertades -- Juan de Dios Regordán Domínguez

0
52

Algunos se plantean si las libertades van a perder peso, pero mejor habría que preguntarse qué habría que hacer y cómo para robustecer su implantación y desarrollo en la sociedad española. Parece que hay quiénes se sienten menos libres por la sensación de ahogo que produce la influencia de la crisis en sectores de la vida social, económica y cultural y que han entrado en ese mundo contagiado por el pesimismo con soluciones oscuras a larga distancia.

En democracia cuando existe mayoría absoluta se puede tener el peligro de minimizar el equilibrio de poderes. En muchos casos sólo se puede limitar al poder a través de la denuncia, esto es, intentando influir en la opinión pública. Por eso, si se quiere robustecer la libertad, es esencial facilitar al máximo la tarea de control de los miembros de la oposición, y poner a su disposición la creación de Comisiones de Control, Información e investigación, que no puedan ser impedidas por la mayoría.

En una sociedad moderna el mecanismo para controlar el poder político es la Justicia, en su doble vertiente de poder judicial en sentido estricto, y la Justicia Constitucional. Será la libertad de los jueces frente a todo tipo de interferencias de quiénes ostenten el poder político, la que ha de constituir la piedra final del edificio del Estado Democrático de Derecho. Pero hay que garantizar la independencia de los jueces para amparar y tutelar efectivamente los derechos de los ciudadanos frente incluso a los aparatos de Poder.

Una de las prioridades de un Gobierno que pretenda realmente profundizar en el desarrollo de las libertades sería acometer una urgente reforma de la justicia en todas sus facetas y proporcionar recursos personales y económicos suficientes para que pueda funcionar adecuadamente.. En los últimos tiempos la designación de los responsables del poder judicial, a veces, se han conocido por filtraciones interesadas partidistas antes de que esas personas hubieran sido nombradas. El origen de esas manipulaciones puede ser debido a que el Poder político haya querido absorber absolutamente del resto de los poderes. Hasta tanto no se haga una reforma en la que se contemple claramente la independencia de la justicia, difícilmente podremos decir que tenemos democracia real.

Como tercer camino de control del Ejecutivo en defensa de las libertades está el Defensor del Pueblo, figura que debería gozar de un amplio margen de independencia para garantizar los derechos fundamentales frente al conjunto de las distintas administraciones. Habría que llegarse a un consenso para evitar que su nombramiento se haga bajo criterios partidistas. De ninguna de las maneras las funciones del Defensor del Pueblo deberían quedarse sólo informes anuales o en tramitar las denuncias que reciba a las distintas administraciones sin tener una eficacia clara.

En una sociedad moderna cada día toma mayor importancia el papel que juegan los Medios de Comunicación como garantía de las libertades, siempre que se les respete a los periodistas la libertad profesional tal como establece el artículo 20 en sus cinco apartados para que se pueda tener una información libre, plural y veraz. Hay que decir que sólo el miedo a la libertad y la soberbia e intereses de quiénes se sienten en posesión de la verdad, explican las descalificaciones, denuncias y despidos que, a veces se llevan a cabo contra los medios de comunicación desde los poderosos.

Otro elemento crucial para el desarrollo de las libertades es el grado de vertebración de la sociedad civil. Se ha llegado ya a decir que la salud de una sociedad democrática se mide por el número y la calidad de asociaciones a que pertenecen sus ciudadanos.