La patronal de las escuelas religiosas concertadas, FERE, que agrupa a 2.000 centros y suma 1,5 millones de estudiantes, ha manifestado –poco antes de que empiece el nuevo curso 2007-2008– que impartirá la asignatura de Ciudadanía, como prevé la ley. La decisión, más que un desafío a los obispos reaccionarios que han cargado desde el principio contra esta nueva materia escolar, es un acto de independencia ante el acoso al que se ha sometido a la comunidad de enseñantes de orientación católica desde la caverna política.
La FERE sabe lo que es enseñar y dice que aprender ciudadanía es bueno. Para más inri, los profesores de religión de Catalunya han aportado su particular nihil obstat a esta asignatura.
La cúpula de la Conferencia Episcopal ha quedado en evidencia, esta vez desde las propias filas de los creyentes católicos. Su entusiasta apoyo a cualquier iniciativa que se promueve desde el Partido Popular para desgastar al Gobierno viene de lejos. O contra leyes aprobadas en Cortes, como la de los matrimonios de homosexuales, o en apoyo indisimulado de las asociaciociones más sectarias de las víctimas del terrorismo.
Quienes han propiciado este desprestigio sistemático de una asignatura que aún no se ha impartido, para escarnio de los obispos, son los locutores de su propia emisora, la COPE, donde su principal radiopredicador ha convertido el contenido de la asignatura de Ciudadanía en más munición para desgastar al Gobierno en beneficio del PP. Vuelve a quedar claro que los obispos ya no orientan los contenidos de su emisora sino todo lo contrario: es esta la que les marca lo que deben hacer y decir.