Europa se jactó, con razones, de haber sido el continente de las democracias. Especialmente durante las décadas en que tuvo vigencia el Estado de bienestar social, el continente podía enorgullecerse de combinar sistemas políticos democráticos con democracia social. Pero la unidad europea, que vendría a consolidar esos sistemas y afirmar su lugar en el mundo, se convirtió en todo lo contrario.
Cuando se mira hoy a Europa, lo que se ve es la destrucción de los derechos sociales que han caracterizado los países del continente durante décadas y la consolidación de la hegemonía de un país sobre los otros, así como la pérdida de la capacidad de los ciudadanos para decidir sobre los destinos de sus países. ··· Ver noticia ···
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