El gobierno democrático de Brasil cayó bajo la intriga palaciega de diputados y senadores, la complicidad de sectores jurídicos y empresariales. El Parlamento criminalizó un acto de gobierno público y legal que habían utilizado otros gobiernos y, sin que hubiese un delito comprobado -como exige la Constitución-, destituyó a Dilma Rousseff.
Se aplicó la metodología de ?Golpe de Estado Blando??, ya experimentado en Honduras y Paraguay, abriendo una seria advertencia a actuales y futuros gobiernos del continente que intenten ampliar márgenes de soberanía y aumentar la distribución de ingresos hacia los pueblos. ··· Ver noticia ···
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