Democracia y paz -- Chencho Alas

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Uno de los ocho temas que desarrollamos en el Movimiento Mesoamericano por la Paz del cual soy fundador y dirijo, es política. La política es fundamentalmente necesaria para el orden y crecimiento de un pueblo, de una nación. No existe política mala, lo que se da son políticos malos, corruptos, autoritarios o tiranos. El tema lo desarrollamos desde la perspectiva de la paz que definimos como la constante recreación de la armonía entre el cuerpo y el espíritu a nivel personal y comunitario, en un ambiente ecológico, social, económico y político, bueno y bello.

El fruto más valioso que se ha logrado de los largos procesos políticos es la democracia, la cual siempre se ve amenazada por políticos corruptos y por la falta de educación democrática de los pueblos. Desgraciadamente, la palabra política ha sido manoseada hasta la saciedad y por eso muchos rechazan su participación en la misma o se comportan como si pudieran tener una actitud neutral, lo cual es imposible. Ya el famoso filósofo Aristóteles, que vivió en el siglo V antes de Jesucristo, decía que el hombre se define como un zoon politikon, animal político. Política, término griego, se refiere al trabajo de ordenamiento de la ciudad, reconociéndose como la actividad humana que tiene como objetivo la acción de gobernar en beneficio de la sociedad, lo que le corresponde al Estado, el cual se define como ?El conjunto de instituciones que ejercen el gobierno y aplican las leyes sobre la población residente en un territorio delimitado, provistos de soberanía interna y externa?? (Wikcionario).

La política está regida por los modelos de vida que queremos ordenen nuestras existencias, los cuales pueden ser antropocéntricos, -el hombre es el centro de la naturaleza- y por lo tanto es dueño de ella pudiendo usarla a su conveniencia, o biocéntricos, -la vida es el centro- y, por lo tanto, es el valor supremo. En el campo político, estos modelos están regidos por ideologías cuyo objetivo es determinar cómo la sociedad debe organizarse y funcionar y por el conjunto de valores éticos, principios, doctrinas y símbolos que inspiran y gobiernan a una parte de la sociedad o deberían de gobernarla para lo cual es necesario contar con instituciones ya existentes o que deberían de crearse. Los dos paradigmas obedecen a culturas, espiritualidades y teologías divergentes que generan vertientes políticas si no siempre opuestas ciertamente distintas.

La democracia lo mismo puede darse en un país en donde se tiene pluralidad de partidos o solamente uno, como es el caso de Cuba. La existencia de varios partidos no significa que necesariamente el pueblo tiene una participación activa y determinante, tal es el caso de Estados Unidos en donde se tienen dos partidos pero se hierve el mismo chocolate. Se puede alegar que se tienen elecciones y que el pueblo vota. El voto, si no es tenido en cuenta a la hora de gobernar, constituye una mera formalidad sin contenido.

Los partidos son instituciones concretas que se derivan de las ideologías y tienen varias funciones entre las cuales se pueden señalar las siguientes:

Servir de instrumento para la participación política
Generar opinión pública
Armonizar los intereses entre los diferentes estratos de la sociedad
Formar élites políticas sobre las cuales cae la responsabilidad de formular programas con el fin de la ascensión al poder
Canalizar las peticiones de la población hacia los poderes establecidos
Reforzar y estabilizar el sistema político.

Le toca a cada partido político definir y adoptar la plataforma que lo va a guiar en su quehacer, la cual agrupa los principales retos sociales, políticos y económicos de los cuales se derivan los programas. O sea, se da una secuencia que va de la ideología a la plataforma y de ésta a los programas.

Un ciudadano que quiere la justicia y la paz debe de estar informado críticamente acerca de los partidos existentes en su país, de los objetivos que pretenden llevar a cabo, los cuales obedecen a la ideología en la cual se basan. Es importante también informarse de las personas que los presiden, ya que su pensar y actuar es determinante en la arena política.

La educación e información crítica solamente se logra a través de largas horas, meses y años de diálogo, de lectura, de discusión, de participación organizada en las calles, en medios universitarios, dentro de estructuras de partidos.

La moda en la actualidad es el uso del twit que sirve para el momento, no se proyecta en el futuro por falta de previo análisis, de perspectiva. Ej. La elección de Nayib, quien supo manejar las masas con sus twists. Nayib evadió la discusión interpartidaria, la prensa, la TV. La población está embriagada con la pantalla del celular, la considera un oráculo que hay que seguir, no responde con mentalidad crítica a lo que ve y lee. No se pregunta por la ideología, la plataforma y los programas que alimenta el twit. Como carece de perspectiva, no cuestiona lo que vendrá por falta de conocimientos, de educación política.

Me pregunto: ¿Quiénes están dictando los programas políticos y económicos del gobierno salvadoreño? ¿Será el Departamento de Estado de los Estados Unidos? ¿El embajador norteamericano de turno? Por el momento puedo afirmar que Nayib miente: publicó con pitos y tambores que gracias a sus poderosas relaciones con el gobierno yanqui, había logrado el que los salvadoreños que trabajan en el norte se quedaran por un año más, lo cual es falso. Fue el juez de distrito de EEUU, Edward Chen, quien dictaminó que el gobierno debe mantener el TPS mientras se resuelve una demanda en la corte. Seis países se han beneficiado, incluyendo El Salvador.