Enviado a la página web de Redes Cristianas
Como todos ustedes ya sabrán, la Comisión Europea ha abierto procedimiento de infracción a España y a siete Estados más de la UE por no haber aplicado las penas correspondientes después de conocer, en septiembre de 2015, que Volkswagen utilizaba un software ilegal para superar los test de emisiones contaminantes.
Ante este premeditado fraude a los clientes y a la sociedad en general, lo normal hubiera sido que los gobiernos afectados hubieran multado, de forma ejemplar y disuasoria, a los infractores. Pero la realidad ha sido bien distinta: supuestamente, han hecho dejación de sus funciones para no enojar al poderoso fabricante y así evitar posibles represalias en forma de supresión de producción de vehículos en sus respectivos países.
El caso Volkswagen nos viene a recordar que el neoliberalismo es un hecho que convive con nosotros desde hace más de cuatro décadas y que, poco a poco, ha ido minando la economía del bien común, la credibilidad política y por ende la democracia.
Al parecer, en el juego de la economía neoliberal no está bien visto que el Estado haga de árbitro para hacer respetar las reglas y evitar los engaños, los excesos y los abusos. Ahora bien, si así lo aceptamos, atengámonos a las consecuencias. Porque, ¿cómo creen ustedes que terminaría una liga de fútbol donde los árbitros se negaran arbitrar los partidos por creer que así favorecerían el negocio del fútbol?
. Valladolid