Un colectivo de asociaciones llama a manifestarse en más de 80 ciudades para protestar contre el delito de solidaridad. Cerca de un millar de personas se encuentran en la plaza de San Michel en París. Se puede leer en las pancartas que llevan los manifestantes:?Ayudo a los sin papeles, puedo ser perseguido??. ?Si la solidaridad llega a ser un delito, nosotros pedimos ser perseguidos??. ?Nosotros somos unos delincuentes??.
El artículo de la ley precisa: ?Toda persona que haya facilitado o intentado facilitar, con ayuda directa o indirecta, la entrada, la circulación o la estancia irregular de un extranjero en Francia, será castigada con el encarcelamiento durante cinco años y una multa de 30.000 euros??.
En estos tiempo los incordios policiales, los registros en las casas requisando los teléfonos móviles, las detenciones provisorias, se multiplican para los que ayudan a los sin papeles. Es intolerable. Los sin papeles son seres humanos que viven situaciones muy precarias. Muchos sobreviven. Urge estar a su lado. Felizmente, hombres y mujeres se comportan con humanidad, desafiando las amenazas de la ley.
Ahí están en la plaza de San Michel. No sacan ningún orgullo de ello. No buscan ningún provecho. Su conciencia de seres humanos les hace simplemente solidarios. Están dispuestos a cometer un acto de insumisión ante unas leyes que juzgan inhumanas.
¿Qué dirán las generaciones futuras de este período de nuestra historia?