3 de Diciembre de 2009
1.- Introducción: por qué nos lo planteamos ahora
Por la Crisis: hemos visto las orejas al lobo en el primer mundo..
Estamos viviendo una CRISIS brutal, que afecta al mundo entero, al Planeta, al clima, a todos los seres vivos. Esta crisis la forman un conjunto de muchas crisis a la vez: económica, financiera, de energía, ecológica, alimentaria, del agua, política, de religión, de justicia, y lo que la engloba a todas; Crisis de valores. Parece que todo se tambalea. El sistema capitalista está agonizando. Por primera vez la Tierra ha dicho ¡basta! Y la única salida es replantearnos nuestro sistema de vida global.
2.- Significado del Decrecimiento:
No es nuevo, ya se anunció en 1970 y no le hicimos caso. Y se repitió en el informe encargado por el Club de Roma en 1972 ?Los límites del crecimiento??.
Crecer no es igual a desarrollarse. Se puede ver en el crecimiento de un niño. Desarrollarse es un proceso armónico de todo su ser para irse haciendo persona. No se puede crecer indefinidamente, haríamos un monstruo. Tendríamos que llegar a un ?desarrollo sostenible??. En un mundo finito, limitado, no podemos crecer de manera infinita, ilimitadamente.
3.- Por qué hay que decrecer
Porque el Planeta ya no aguanta más. Lo decía Al Gore en su película ?Una verdad incómoda?? Se nos muere el planeta. Se desmanda el clima y salimos de las sequías para entrar en los ciclones, en los tzunamis; arrancamos y quemamos los bosques; envenenamos nuestros ríos; se achican los hielos y se acurrucan los polos; el mar es un inmenso basurero; el empuje de la vida no puede con la pulsión de muerte que reduce las especies vivas; el agua está reservada a una minoría de privilegiados; hemos esquilmado los recursos de la tierra y la biosfera ya no soporta tanta contaminación y saqueo. Para cerca de dos mil millones de personas comer cada día es una hazaña casi imposible; el sida, los ódios étniços y religiosos, los antagonismos nacionalistas y las guerras a que dan lugar son nuestra noticia cotidiana. Esa catástrofe es múltiple, Esta civilización está en crisis.
Un ejemplo: La nevera la llenamos de alimentos. Y la volvemos a llenar una y otra vez. Todo nos parece poco. Tenemos ansia de tener, de tener cada vez más, no sea que nos pueda faltar algo. Sentimos la urgencia de la seguridad. Se trata del valor de acumular, propio de los Capitalistas. Que son insaciables. Si la llenamos hasta los topes, puede reventar ¿Tenemos los mismos valores que ellos sin darnos cuenta? No puede ser un crecimiento sostenible. Esto no se sostiene. La nevera ya no puede más. Hay que decrecer, hay que deshacerse de muchas cosas, ya no hay que comprar más, ir quitando cosas que no son necesarias.
Unos datos que aporta Leonardo Boff:
?? El 20 % de la humanidad, unos 1.300 millones de SH (de los 6.800 que llenamos el Planeta), consumimos cerca del 83 % de todas las riquezas de la Tierra. Y el 20 % más pobre tiene que contentarse con el insuficiente 1,6 %.
?? Según datos de todo crédito en 1961 necesitábamos la mitad de la Tierra para satisfacer nuestras demandas. En 1981 se daba un empate, necesitábamos la tierra entera. En 1995 sobrepasamos el 10 % de la capacidad de reposición. En 2008 la Tierra está dando señales de que ya no aguanta más. Se consume más de lo que la Tierra soporta.
?? Si se mantiene el crecimiento del PIB, riqueza mundial, entre el 1 y el 3% anual, en el año 2050 necesitaríamos Dos Planetas.
?? 15 personas más ricas del mundo tienen una renta superior a la de todos los habitantes del África subsahariana.
Volvemos a lo mismo: ¿Por qué hay que decrecer?
a) Porque hemos explotado las riquezas de la naturaleza hasta límites insoportables, insostenibles
b) Hemos explotado la naturaleza como fuente de energía. No la hemos cuidado. Esta explotación está basada en el modelo de desarrollo capitalista, llamado Globalización.
c) Porque mientras se trató de las clases populares, de las clases socialmente inferiores, de los pueblos colonizados, los gobernantes, los responsables políticos o económicos de los países desarrollados, apenas se preocuparon del tema.
d) Hoy, afecta a los intereses económicos y a la calidad de vida de todos los SH, incluidos los grupos dominantes del Planeta.
Y llegamos a esta primera conclusión:
? Decrecer no es una opción, es una necesidad que impone un planeta con recursos limitados cuando hacemos un uso desorbitado de los mismos.
? La alternativa es decrecer de forma sostenida, continua, progresiva, constante, ordenada, consensuada, controlada, dirigida, bien gobernada o decrecer de forma traumática, desordenada, brusca, convulsa, ingobernable.
? Todos los estudios científicos confirman el agotamiento de recursos Energéticos: La crisis energética es muy seria y es la que más afecta al Sistema. Se acaba el petróleo. Hay que buscar energías renovables, (el agua, el viento, el sol, porque las energías fósiles no son renovables). Se busca la agroenergía: el etanol, sustituto de la gasolina [un alcohol producido por fermentación de azúcares simples, como la remolacha, cala de azúcar, etc.]
? Y la desproporcionada generación de residuos, mucho mas allá de los que la naturaleza puede absorber, tanto en residuos orgánicos como inorgánicos, químicos,??.
? El crecimiento actual aumenta los problemas de acceso al agua para millones de personas, deforestación, desertificación,??.
? El modelo de crecimiento además provoca una desigualdad social cada día mas agudizada. La distancia entre pobres y ricos se ha multiplicado. El número de excluidos aumenta al mismo ritmo al que la riqueza se acumula cada vez en menos manos.
Sabiduría: Saberse limitado, saberse parte de este Planeta, microcosmos en el conjunto del Cosmos, una mirada amplia, más allá del pequeño entorno en que nos movemos, eso es situarse en la Realidad. Es cuidar de la casa común. Contra el despilfarro, saber y experimentar, con gusto, una cierta escasez, reducir el consumo, los caprichos, las modas, etc. esto es una demostración de sabiduría. Esta crisis nos pone en estado de alerta, y nos hace replantearnos el sentido de la vida.
4.- Salidas a este decrecimiento: Cómo hay que decrecer
coyunturales:
Son más bien de tipo personal. Lo poco que cada uno podemos hacer es obligatorio, pero tenemos que ser conscientes que cada cosa pequeña que hacemos (ahorrar agua, disminuir el consumo eléctrico, usar todo lo que tenemos, etc.) tiene consecuencias planetarias. Es el Planeta el que se beneficia, es nuestra casa común, la única que tenemos. Son como una gota, pero el mar está hecho de gotas minúsculas. Pero, no es in-significante, tiene un profundo significado.
Decrecer no requiere una respuesta técnica, sino política y filosófica.
+ Criterios éticos fundamentales:
1) cambio de valores: un cierto radicalismo ético. Se trata de ir haciendo una auténtica revolución de valores: lo que prima en el sistema que ha propiciado esta crisis, es la ambición, la acumulación de riqueza en pocas manos, sacar beneficio propio, comercializar los bienes y servicios, explotar a las personas y pueblos. Y los valores éticos priorizan todo lo contrario: el compartir (no acumular), la gratuidad (no buscar beneficio), la justicia (defender los Derechos Humanos), la fraternidad (todos somos iguales), la generosidad (frente a la avaricia de los sistémicos). Que nadie pase hambre.
2) Acabar con la cultura de ?usar y tirar??: un estilo sencillo nos invita a valorar las cosas adecuadamente por su valor de uso (no por su valor de cambio) sin desperdiciarlas o abusar de ellas. La sencillez de vida tiene un respaldo ético que la legitima: es universalizable. No así el despilfarro, que es una ofensa ética.
3) Criterio de justicia universal: La gran mayoría de los SH del mundano pueden adquirir bienes suficientes para poder llevar una ida digna. Las generaciones futuras tienen tanto derecho como nosotros a disfrutar del mundo.
Hay que tener en cuenta que:
? en un mundo d recursos limitados, las cosas no pueden crecer de manera indefinida.
? Hay que acabar con la idea de que el crecimiento significa tener más, siempre más, (más tecnología, más coches, más viviendas??)nunca menos, y a eso le llamamos progreso
? restaurar el espíritu crítico, frente al modelo dominante del ?cada vez más??, es decir, revisar el concepto que tenemos de pobreza como escasez de medios, del no-tener cosas. ¿Es eso pobreza? ¿O es sabiduría?
? Es necesario llegar a una cierta sabiduría, una profundidad humana que sabe distinguir lo importante (vivir, saber vivir, llevar una vida digna personal y colectiva) de lo superficial (las apariencias, la competitividad,).
+ comportamiento básico : la sencillez, como norma de vida. Gandhi: ?Tenemos que aprender a vivir más sencillamente, para que los otros sencillamente puedan vivir??. Dos caminos, tener mucho o necesitar poco. ?No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita??.
?? La vida sencilla tiene que ver también con la vergüenza. Tener vergüenza de necesitar cargar con grandes bultos cuando nos vamos dos días fuera de casa, de llevar tantas cosas por si acaso y regresar una y otra vez sin haberlas tocado. Vergüenza de necesitar tanto, cuando otros muchos no pueden llevar nada.
?? Jon Sobrino tradujo el término ?civilización de la pobreza?? de Ellacuría, por civilización de la austeridad compartida. Porque ?rechaza la acumulación del capital como motor de la historia y la posesión de cosas como principio de humanización??, y hace de la satisfacción universal de las necesidades básicas, comida, vestido, vivienda, sanidad, educación, el principio del desarrollo, el fundamento de la humanización. En esto coinciden todas las culturas de todos los pueblos.
?? La cultura de la austeridad compartida no pretende redistribuir la escasez. Pretende el aumento de la calidad en las relaciones humanas, en la solidaridad, en el reconocimiento mutuo. Se trata de vivir humanamente, dando espacio a dimensiones de la persona que hoy quedan oscurecidas por la lógica del mercado. Hemos visto que hay límites ecológicos para la producción material de la humanidad. Pero no hay límites para el desarrollo social, para la participación ciudadana, para el despliegue cultural y educativo, para el crecimiento moral. No hay límites para el amor, la amistad y la ternura. Todos estos son bienes que, al contrario que los materiales, se multiplican cuando se comparten.
?? Del capital material tenemos que pasar al capital espiritual. El capital material tiene límites y se agota. El espiritual es ilimitado, inagotable. No hay límites para el amor, la compasión, el cuidado, el amor, la amistad, la ternura, la creatividad, realidades intangibles que configuran el capital espiritual. Ahora, será el mundo del ser más que el mundo del tener.
?? El próximo paso, entonces, sería exactamente éste: descubrir este capital espiritual inagotable y empezar a organizar la vida, la producción, la sociedad y la cotidianidad a partir de él. Entonces la economía estará al servicio de la vida y la vida se empapará de los valores de la alegría y la autorrealización, una verdadera alternativa al paradigma vigente.
En resumen: Decrecer para que la vida humana tenga significado espiritual y posibilidades reales del disfrute gozoso de la existencia. Se puede sintetizar el espíritu del decrecimiento en un programa de las ?R??: reevaluar (reconsiderar nuestros valores), reestructurar (adaptar la producción a los valores), redistribuir (reparto de la riqueza), reducir (disminuir el impacto de nuestra contaminación), reutilizar y reciclar (para no derrochar nuestro capital natural, no agotar los recursos naturales y acabar con el cambio climático).??Reducir, Reutilizar, Reciclar. Por este orden.
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Estructurales:
Pero decrecer va más allá de los hábitos personales y no sólo significa disminuir el consumo, se trata también de un cambio de la producción. No nos hallamos ante una propuesta de un simple retoque de la economía. Es un salto cualitativo de importancia, la apuesta es por un cambio gradual, admitido y con participación activa de la ciudadanía. Pasar de un consumo exagerado de bienes materiales contaminantes, a satisfacer los bienes relacionales. El mercado, el ansia por comprar, no es proveedor de felicidad.
Las soluciones personales, son necesarias, pero no bastan. Hay que ir más allá de los hábitos personales. Ya no cabe poner paños calientes. Ya no basta con echar el freno, hay que poner marcha atrás para evitar caer en el abismo. Hay que ir a un cambio profundo de estructuras de todo tipo. Económicas, sociales, políticas, sociales, educativas, religiosas, jurídicas
1) Hay que cambiar la economía. Que la economía de mercado pase a mejor vida no significa que desaparezca el mercado. Siempre ha existido mercado, el intercambio de productos. Lo que no es razonable es que todo, absolutamente todo, quede mercantilizado. El mercado tiene la función del intercambio; pero cuando la sociedad ?con?? mercado se convierte en sociedad ?de?? mercado, es cuando nace la especulación. El mercado se convierte entonces en fuente de enriquecimiento rápido, a costa de avivar la sed de consumo de las capas de población más vulnerables. Las campañas publicitarias diseñadas con sofisticadas técnicas de manipulación hacen verdaderos estragos.
2) Uso de energías renovables: economía sana o decrecimiento sostenible se basaría en el uso de energías renovables (solar, eólica y, en menor grado, biomasa o vegetal e hidráulica) y en una reducción drástica del actual consumo energético, de manera que la energía fósil que actualmente se utiliza quedaría reducida a usos de supervivencia o a usos médicos., Según un filósofo del decrecimiento (Fdez. Buey). Esto implicaría entre otras cosas, la práctica desaparición del transporte aéreo y de los vehículos con motor de explosión, que serían sustituidos por la marina a vela, la bicicleta, el tren y la tracción animal; el fin de las grandes superficies comerciales, que serían sustituidas por comercios de proximidad y por los mercados; el fin de los productos manufacturados baratos de importación, que serían sustituidos por objetos producidos localmente; el fin de los embalajes actuales, sustituidos por contenedores reutilizables; el fin de la agricultura intensiva, sustituida por la agricultura tradicional de los campesinos; y el paso a una alimentación mayormente vegetariana, que sustituiría a la alimentación cárnica.
3) Cambio en el sistema de producción. No es suficiente con acometer reducciones en los niveles de producción y de consumo. Es preciso reorganizar nuestras sociedades sobre la base de otros valores que reclamen el triunfo de la vida social, del altruismo y de la redistribución de los recursos frente a la propiedad privada y al consumo ilimitado. Hay que reivindicar el ocio frente al trabajo obsesivo, hay que postular el reparto del trabajo, una vieja práctica sindical que, por desgracia, está cayendo en el olvido.
Otras exigencias ineludibles nos hablan de la necesidad de reducir las dimensiones de las infraestructuras productivas, administrativas y de transporte, y de primar lo local frente a lo global voluntaria. Hablando en plata, la conveniencia de cerrar, o al menos de reducir sensiblemente, la actividad de muchos de los complejos fabriles, como por ejemplo, la industria militar, la automovilística, la farmacéutica, la de la aviación y en buena parte la de la construcción.
4) Reducción de la jornada de trabajo, con el mismo salario. Con tal de que estas reducciones salariales no fueran en provecho de beneficios empresariales. Es otro sistema de vida. Esto implicaría menos poder adquisitivo y por tanto, menos capacidad de compra y menor consumo .Dedicarse a otras actividades no productivas de tipo relacional: atención a los mayores, a los hijos, a las amistades, al ocio, sin necesidad de consumir constantemente.
5) Reforma del sistema educativo. Aprender desde la escuela y la universidad a vivir de otra manera.
En resumen:
Hoy queda claro que la Tierra es un planeta pequeño, viejo y limitado que no soporta una explotación ilimitada. Tenemos que dirigirnos hacia otra forma de producción y asumir hábitos de consumo distintos. Producir para responder a las necesidades humanas en armonía con la Tierra, respetando sus límites, con un sentido de igualdad y de solidaridad con las generaciones futuras. Eso es el nuevo paradigma de civilización.
Es preocupante la irresponsabilidad de muchos Gobiernos, especialmente de los países ricos, que no quieren establecer metas consistentes para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y salvar el clima. ¡Una verdadera ecomiopía! ¿Qué pasará en la cumbre de Copenhague?
Proviene de una falta de voluntad política para llegar a acuerdos. Y de un conflicto de intereses. Las grandes empresas, por ejemplo las petroleras, no quieren cambiar porque perderían sus enormes ganancias actuales. Hay que entender la interdependencia del poder político y el económico. El gran poder es el económico.
El político es una derivación del económico. Los Estados, en muchos casos, no representan los intereses de los pueblos sino de los grandes poderes económicos. Es un reto enorme para la sociedad civil. Para que se movilice, presione y promueva los cambios que vienen siempre de abajo. Confiemos en eso: en que la razón, la prudencia, la sabiduría vendrá de la sociedad civil. Ningún cambio real viene de arriba, sino de abajo.
Y a pesar de lo difícil del presente, tengo confianza en que no se trate de una tragedia que acabará mal, sino de una crisis que purifica y que nos permita dar un salto en la dirección de un futuro mejor.