[pregunta formulada por El País] Cientos de miles de personas se manifestaron el domingo en 57 ciudades españolas contra la reforma laboral, que esta semana inicia su trámite parlamentario. Tras las movilizaciones, el PP ha insistido en que se trata de una reforma necesaria. “Debe mantenerse en el espíritu y en el tronco”, ha declarado la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal. CiU, socio del Gobierno, ha advertido que Rajoy no dará marcha atrás en ese asunto. Los demás partidos de la oposición han pedido que sea rectificada.
La reforma laboral debería llamarse “contra-reforma laboral” ya que es un ataque frontal a derechos conquistados a lo largo de décadas de movilizaciones sociales. Una reforma laboral que permitirá el despido objetivo, privatizará los servicios públicos de empleo con la entrada generalizada de las ETT, consolidará la precariedad laboral fomentando la flexibilidad, la movilidad y los contratos a tiempo parcial y acabará con la ya menguada negociación colectiva.
Una reforma laboral que no genera empleo sino que fomenta el desempleo. En definitiva, un golpe mortal a los derechos sociales y laborales que viene a sumarse a las reformas a probadas en la legislatura anterior y que ya significaron un duro revés a los derechos colectivos. Tenemos una reforma laboral hecha por y para la patronal.
Este fin de semana hemos visto como miles de personas salían a la calle para decir ‘no’. ‘No’ queremos seguir pagando una crisis generada por un sistema que antepone intereses particulares a necesidades colectivas. La reforma laboral es sólo una expresión más de cómo se está transfiriendo el coste de la crisis a la gran mayoría de la población, a ese 99% que señalaba Occupy Wall Street. Pero la intensificación de las políticas neoliberales y la profundización de la crisis social no hace sino engendrar la semilla de la protesta. De la cual hoy la #PrimaveraValenciana es su máxima expresión.