Suenan tambores de guerra, las grandes potencias mundiales se acusan mutuamente, el culpable siempre es “el otro”, todos se arman y están dispuestos al combate, Europa está perpleja y dividida. Se envían fragatas y armas. Cunde el pánico ante el peligro de una nueva guerra mundial de consecuencias imprevisibles y trágicas. Bajan las bolsas. Sube la OTAN.
No importa la pandemia que todavía causa muertos. No importan los gastos militares que podrían ayudar a países pobres. Se han olvidado los horrores y los millones de muertos de la última guerra mundial, Auschwitz, el archipiélago Gulag soviético, las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Solo importa el honor, el interés nacional, la prepotencia, el poder económico y la expansión.··· Ver noticia ···