Declaración Pública
El día 25 de julio recién pasado, durante la celebración de la Eucaristía, la Iglesia Catedral de Santiago fue profanada por un grupo de personas manifestantes a favor de la legalización del aborto en nuestro país. Es éste un hecho repudiable que no admite justificación.
Posteriormente, el arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, ha presidido una ?misa de desagravio?? con la que se reabrió el templo catedral, ocasión en la que nuestro Pastor pronunció una homilía cuyo contenido dista del espíritu evangélico y de la orientación que el Papa Francisco está entregando a la Iglesia Católica.
Los laicos y laicas católicos reunidos con ocasión del III Encuentro de Conmemoración de los 50 años del Concilio Ecuménico Vaticano II, hemos aprobado esta Declaración por aclamación y, consideramos un deber de conciencia expresar nuestro sentir respecto de una situación que ha causado conmoción pública, así como también de la reacción de la autoridad eclesiástica.
1º Cuando la profanación de los símbolos religiosos se convierte en motivo escándalo, no podemos dejar de escandalizarnos por el maltrato a la vida y por la opresión que sufren miles de hermanos nuestros. La sociedad chilena se encuentra dividida por formas de violencia provocadas por la injusticia, el abuso, la indiferencia y la intolerancia. Jesucristo está en las víctimas de dicha injusticia.
2º No deja de provocar perplejidad la escena que ha mostrado al Arzobispo de Santiago concurriendo al Séptimo Juzgado de Garantía para presentar una demanda contra quienes resulten responsables de la profanación del templo catedral y por la violación a la libertad de culto. Nos es difícil imaginar a Jesucristo recurriendo a los tribunales para salvar su dignidad del oprobio y de la cruz. Más razonable habría sido preguntarse por lo que ha motivado a sectores de la sociedad chilena a despreciar a algunas autoridades de la Iglesia Católica, cuestión impensable en períodos históricos anteriores.
3º Jesucristo también entregó su vida por aquellos que irrumpieron con violencia el 25 de julio en el templo catedral y deben ser objeto de interés de parte de nuestra Iglesia. No es posible evangelizar y experimentar la misericordia de Dios a quienes se les persigue con querellas. Tampoco es posible compatibilizar una demanda judicial con el mensaje del Papa Francisco que llama con urgencia a evangelizar a quienes se encuentran en la periferia de la sociedad.
4º Nos entristecen las frases condenatorias pronunciadas por el Arzobispo de Santiago desde el lugar reservado para proclamar la Buena Nueva de Jesucristo, mezclando insultos con palabras piadosas, muy lejos de las Bienaventuranzas. De esa forma, el mensaje evangélico pierde credibilidad y respetabilidad. Mayor estupor ha provocado la severidad del lenguaje del Pastor al estar rodeado de representantes del poder político y militar que permanecen en la impunidad, no obstante haber violado ?en el pasado y en el presente- los derechos a tantos hombres, mujeres, niños y ancianos que son ?templos del Espíritu Santo??.
5º La maduración de nuestra fe nos enseña que no debemos temer al diálogo. Es preciso dar razón de la fe recibida como don y que debe expresarse en obras de justicia. Igualmente, confiamos en que el diálogo abierto con nuestros pastores y de cara al mundo es un signo de la corresponsabilidad eclesial y un testimonio de que la aproximación de las conciencias es posible. Es así como ratificamos la palabra de Dios al afirmar que ?el que convierte a un pecador de su camino desviado, salvará su alma de la muerte y cubrirá multitud de pecados??.
(Santiago 5, 20).
Santiago de Chile, 3 de agosto de 2013.
CEB Reencuentro con Cristo – Huechuraba
Comité Oscar Romero COR ? Chile
Comisión Etica Contra la Tortura
Comunidad Martin Luther King
Comunidad Juan XXIII
Centro Ignacio Ellacuría
Comunidad José Comblin
Revista ?Reflexión y Liberación??
Fraternidad Laica Carlos de Foucauld
(Adhesiones abiertas a Comunidades u Organizaciones…)