DARLENE GARNIER, OBISPA Y REVERENDA DE MOVIMIENTO CRISTIANO LGTB: ‘SOMOS COMO UNA ESPINA PARA LA IGLESIA CAT?LICA’

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Realiza la liturgia con su estola «gay» colgada a su cuello. Ella es lesbiana estadounidense y mantiene una relación de cuatro años con una mexicana. Es la obispa de la región 6 de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), una corriente cristiana que admite a lesbianas, gays y trans sin distinción. Estuvo de visita en Chile ordenando a nuevos feligreses LGBT que, al parecer, aumentan progresivamente.

Lo primero que llama la atención no es el gran número de personas, en su mayoría gays y lesbianas, que copan la sala del Centro Ecuménico Diego de Medellín, ni siquiera el ambiente armonioso ni de paz que se respira en una fría tarde de domingo. La que realmente «se roba» la película es la obispa Darlene Garner, que enfundada con su estola «gay» colgada a su cuello, reparte sonrisas y lanza bromas a los feligreses como si estuviera en el living de su casa.
La reverenda se siente a sus anchas, haciendo hincapié a cada momento y con un claro español, a la diversidad sexual que acoge la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), una institución de inspiración evangélica fundada por el reverendo Eder Troy Perry que tras ser expulsado de varias entidades religiosas por asumir abiertamente su homosexualidad, fundó esta otra parte aduciendo que se podía ser «homosexual, lesbiana o trans y cristiano».

Ella es lesbiana, estadounidense oriunda de Ohio y cuenta que su pareja, Leticia, de hace 4 años, es mexicana y ambas residen en Guadalajara. Para la obispa, quien se inició en la iglesia bautista de donde se retiró al asumir su lesbianismo, no es una provocación utilizar una estola con los colores de la bandera, ya que, como explica «mientras exista el arcoiris, siempre habrá esperanza».

¿La ICM comparte el celibato tan exigido por la iglesia católica para ser homosexual o lesbiana?

No. Nuestra creencia es que dios nos dio el sexo para ser disfrutado dentro de la responsabilidad.

Supongo que eso corre también para los reverendos y obispos…

Si, con todos y todas. La cosa es ser responsable con nuestra sexualidad. El sexo no es un pecado, es un placer.

Según la iglesia católica y otras religiones, la biblia condena la homosexualidad y el lesbianismo, ¿qué opina de eso?

Hay muchas maneras de leer y entender la biblia. La forma en que cada una y uno entiende la biblia, es también de la forma en que entendemos a dios. Mi relación con él, es una relación basada en el amor. Su voluntad es que viva mi vida de la forma en que me ha creado, es decir, dios me creó a mí como lesbiana, por tanto yo acogo el hecho de ser lesbiana.

Pero ¿qué le pasa a usted cuando lee esos pasajes que la tratan de pecado?

Cuando leo los 7 versiculos que se refieren al tema, yo sé que la forma en que la iglesia tradicional ha interpretado esos versiculos, no es consistente con mi idea de un dios de amor y tampoco es consistente de una buena traducción del hebreo y arameo.

A propósito usted dijo en una entrevista a una web cristiana, que la biblia había sido redactada «intencionalmente» para condenar a las lesbianas y los gays…

En realidad yo creo que la intencionalidad de la iglesia católica es un acto de sexismo que va por debajo de la condena de la homosexualidad y el lesbianismo. Tradicionalmente, la iglesia condenaba a los hombres afeminados y las mujeres masculinas, eso, es un pensamiento sexista.

Y la ICM piensa lo contrario…

Es parte de la hermosa diversidad que ha creado dios.

¿Han recibido ataques de la influyente institución católica?

Nosotros somos como una espina en el costado de la Iglesia Católica. Nuestro fundador fue recibido en audiencia por el anterior Papa, Juan Pablo Segundo. Hay muchos religiosos alrededor del mundo que apoyan a ICM, quizás institucionalmente no, pero muchas personas a nivel particular. Aunque es un poco peligroso para ellos apoyarnos, porque dicen que pueden perder su vocación.

¿Qué opinión le merece los consecutivos procesos de pedofilia contra curas de la iglesia católica?

La pedofilia es un pecado grande, adentro y fuera de la iglesia. El nivel de pedofilia en algunos religiosos es muy alto porque han vivido en una represión sexual. Ellos no saben ni conocen cómo abrazar la sexualidad como un regalo.

¿La ICM podría ser una alternativa para lesbianas y gays cristianos que se sentían alejados de estas creencias por la discriminación y maltrato de las otras religiones?

Si, lesbianas, gays y heterosexuales incluso, no nos importa, somos una comunidad que acoge a todo el mundo. Esta es una comunidad diversa, sin diferencias de género, es una comunidad abierta.

¿Cuáles son los desafios de la ICM?

Estamos en 16 países en estos momentos. Tenemos un compromiso muy fuerte con los derechos humanos y la justicia social. Por eso, queremos dar esperanza a la gente que está muriendo por el rechazo de sus iglesias natales. Sobretodo en América Latina donde tenemos un reto muy grande, porque acá hay mucha gente que vive sin esperanza, rechazados por sus familias. Lesbianas, gays, bisexuales, divorciados, madres solteras, hay gente viviendo con VIH sin opciones, sin la posibilidad de experimentar un amor inclusivo. Es muy triste que la iglesia decida rechazar a tantos de sus hijas e hijos, eso es muy triste (medita).

¿Siempre usa la indumentaria de obispa?

¡Por dios, nooo! (ríe) Es como mi uniforme de trabajo, sólo eso es.