Hay veces que ante el agobio de grandes y complejos temas, uno agradece un sencillo relato que de esperanza. Si no fuera porque sé que 95 personas al menos he pinchado en él, diría que fue un error querer participar con vosotros la manera como Edgard Morin sigue buceando a sus 100 años en la complejidad de la realidad global. Pero veo que no estoy ni para reflejar en un comentario lo que a mí me sugirió. Un sentimiento más sereno de esperanza me ha traído La Croix International, esa revista de los grande problemas de hoy. Ha sido este relato sobre un joven que no vivió la experiencia de los curas-obreros pero que, habiendo oído de ella, se ha hecho cura-obrero. Con sencillez y si alaracas. AD.··· Ver noticia ···
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