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Historias que hoy nos enseñan el valor del perdón. Perdonar es la esperanza de unirnos para reconstruir un futuro sin odio, sin violencia hacia la paz. El perdonar sincero se realiza con palabras y acciones.
Estas son historias escasas en este país cargado de odio y de violencia, de desquites y venganzas que necesitamos conocer como rayos de esperanza para la construcción de la paz.

Perdonar no es sinónimo de dejar de luchar por los Derechos Humanos, y menos tolerar la impunidad.

Entendamos que el perdonar=amnistía de carácter político es muy diferente al perdonar=donar de carácter ético-cristiano. El perdonar es uno de los actos más urgentes e importantes para el fortalecimiento del vivir comunitario.

En estas historias las protagonistas son mujeres. Mujeres que han perdido a sus hijos y el hermano.

Lolita Londoño, (miembra de las “Madres de la Candelaria”-Medellín) perdió a sus 3 hijos. Josefa Morelos (miembra de “Mujeres Espejo”-Cartagena) 1 hijo, hermano de Rosiris Murillo, también del grupo Mujeres Espejo. Mercedes Segura Rodríguez, 1 hijo (miembra de la Fundación Vida Digna-Buenaventura).

Todas ellas habitantes del sector popular en sus ciudades.

De cada una de ellas, nos podría dar detalles de su proceso y madurez ante la vida.

Son historias que el mundo entero debería conocer, celebrar y honrar por las lecciones que nos dejan.

Lolita, sus entrañas de mujer y madre, conociendo la historia del joven que asesina a su hijo lo adopta, acogiendo en su hogar, al que asesino a Oscar su hijo y que lleva el mismo nombre de su hijo. Su vientre materno nunca se cerró para seguir dando vida y visitar en la cárcel a los otros.

Josefa y Rosiris, perdonan y abrazan a quien arranco de su lado al ser querido y le brindan su amistad y acogida. Saben y conocen del joven que fue pagado, para cometer su cometido. Un joven, conocido y vecino del barrio, alumno de Rosiris y de historia conocida.

Mercedes, pierde a su hijo, Luis Omar, único varón. Bajo la misma estrategia de las bandas juveniles ya conocida.

A unos por no aceptar integrarse a la banda. Otros puestos a prueba para el entrenamiento y demostrar que, si son capaces, hasta de matar a su propio amigo y vecino.

Pedir perdón y perdonar, es gratis. Esta actitud no la encuentras en el mercado.

Sin estar en la piel de ellas, es muy fácil decir: “son débiles”. Pero hoy las vemos pioneras del perdón y fuertes cual guerreras, en la Primera Línea de la reconciliación y la paz.

Son mujeres libres y valientes, nadie las ataja en su coraje, trabajo y decisión de cambiar la sociedad y la religión.

Para ellas, no hay pregunta que las haga titubear en su empeño por la paz. “¿Vas perdonar?”, “¿Cómo se te ocurre?”, “¿Después de lo que te hicieron?”, “¿Qué se soluciona con eso, tu hijo no lo vas a resucitar?”, “Lo que te han hecho, no tiene perdón de Dios”.

La lección que estas historias nos desafían y obligan a reflexionar, a pensar nuestras actitudes hasta lo bochinches que armamos por bobadas insignificantes.

El perdón es el umbral que nos permite saltar por encima de los rencores, y quedar libres para vivir en plenitud la paz, felicidad, alegría en la convivencia comunitaria, familiar, social.

Es nuestro momento, perdonar y ser perdonad@s para lograr la PAZ!!!

*Presbitera católica romana

Envigado, agosto 20 del 2021