Cuando la justicia eterniza y le quita el miedo a la muerte. Matrimonio gay y cárcel -- Leonardo Belderrain (Argentina)

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Uno de los acontecimientos más importantes que he vivido desde que estoy trabajando en la cárcel, fue la visita del filósofo americano Ronald Green, que trabaja en el Departamento de Bioética del Programa «Genoma Humano», del gobierno de los Estados Unidos.

Estando en un congreso internacional de bioética, luego de su disertación preguntó a su auditorio si alguien trabajaba en la cárcel. Le dije que yo era capellán del sistema penitenciario bonaerense, y que con gusto lo llevaría a conocer aquel espacio. Siendo el Doctor Green el profesor de más fina sensibilidad humana que tenia aquel master de bioética, lo llevé al pabellón de travestis y homosexuales de la cárcel.

Y a ellos les hizo este discurso que para mi, hoy, es parte de la historia de la teología de la liberación. Decía: ?? Para nuestra tradición religiosa, el judaísmo, el momento más importante es el ?xodo, que es la liberación de los encarcelados. Eso es lo que celebramos cada año, incluso Jesús lo celebró. En el rito debería decir «yo estaba esclavo» en vez de «yo estaba esclavo en Egipto».

Yo me tengo que identificar con los esclavos, los encarcelados, desde el comienzo de la religión. Hay otro pensamiento rabínico muy importante que creo que influye en el Cristianismo y que configura un estilo de espera. ¿Dónde se encuentra el Mesías? se pregunta al Gran Rabino. Está en la puerta de la ciudad cubierta de camillas con los leprosos. Es un leproso con los leprosos. Los judíos han sido la población más perseguida del siglo (6 millones de personas asesinadas). Los homosexuales, los testigos de Jehová, los polacos, los jesuitas que protestaron en el Salvador, todos fueron asesinados.

Es una experiencia continua de ser marginados, de ser oprimidos.
Como judío, cuando veo que los israelíes discriminan a los árabes es para mi una causa de deshonra; nunca fuí partidario de una situación de discriminación, pero somos humanos y la hacemos.

En la Biblia, para los hebreos no había una esperanza escatológica. Es una idea que resulta de rabinismo y cristianismo. Distingo la Biblia de la religión hebrea, del rabinismo y el cristianismo. El rabinismo y el cristianismo son dos religiones nacidas en el mismo momento, sin ser una la antesala de la otra. La religión mas antigua era el hebreísmo de la Biblia. La religión de Abraham, Issac y Jacob, de los profetas.

Esa religión no tenía esperanza de vida después de la muerte, porque era una religión de la vida. Era una vida completa, larga, con confort de la vida, amor. La esperanza era de una vida completa, entera, con prosperidad en el sentido sencillo, cada uno con su árbol, y su familia y la justicia. En el sentido de que no haya muchos pobres que sufran.

Cuando comparto mi experiencia con otros seres humanos, ésta continúa. Cambiamos el tiempo, cambiamos la historia humana, como somos cambiados, eso es la etermidad. Cuando a cien años de hoy un niño homosexual pueda estar orgulloso de su identidad. Cuando sean respetados como seres humanos como resultado de lo que hemos hecho por ellos usted y yo. Cuando cambiamos en la casa o la sociedad, en la dirección de lo humano, se concreta lo eterno y curiosamente usted ya no teme a su muerte. El cambio que efectúo con mi trabajo en la creación humana, esa es la continuidad eterna. Es un cambio en la especie humana, su historias y por fin la eternidad tiene dos focos, esos cambios humanos y a su vez los momentos de una vida.

Lo eterno también lo veo en la relación con mi padre, desde que falleció a veces me parece que lo encuentro cada noche en mis sueños, está en mí corazón. Me gustaría mucho caminar, hablar, pero no podemos pensar en las cosas del espíritu en el sentido físico terrestre. Cuando tenía ocho años mi padre pasaba a buscar a un niño para llevarlo a la playa. El decía que era muy importante que todos los niños tuvieran cariño.

Yo me ponía un poco celoso por su atención con alguien que conocía poco. Ahora cuando hago algo por algún pequeño, incluso en la universidad, es mi padre quien lo hace, no yo. El espíritu de mi padre vive en mi, él vive en ese sentido. Para mi eso es la eternidad. Es la comunicación, la charla con el padre. No creo en un charla en un parque en el cielo, creo en una charla durante la vida que continúa. Para que comprenda aún más mi religión, le cuento una historia que puede traer luz.

Hace dos años había una gran fábrica textil en el estado de Massachussets. Hubo un gran incendio y la fabrica quedó destruida. Había 2000 obreros que dependían de esa fábrica para vivir. El patrón era un hombre muy religioso, judío y continuó pagando a sus obreros hasta que la fábrica se reconstruyó. Invirtió millones de dólares para reconstruir la fábrica y pagar a los obreros.

La religión era muy importante en la formación de ese patrón. Su padre era dueño de la fábrica hacía 50 años e insistía en que el jornal de cada día debía ser pagado con dinero, no con cheque. El hijo le decía que eso ya no se hacía más, que ahora se podía pagar con cheques. El contestaba que en la Biblia dice que el obrero tiene derecho a percibir su jornal cada día. Ese es un sentido religioso de la justicia que nos va haciendo divinos y eternos??.

Creo que para algunos capellanes de cárcel la visita de Ronald marcó un antes y un después en nuestras vidas y en nuestro compromiso con los que por algo pueden ser excluidos. Veinte año atrás, no había visita familiar y la sexualidad se vivía en la cárcel en situaciones de clandestinidad (se hacía carpa con mantas); diez años atrás la visita homosexual era clandestina. A ningún sacerdote se nos hubiera ocurrido querer dar dignidad y mucho menos celebrar o bendecir una unión de estas características.

Ha pasado el tiempo, y lo real en las cárceles de hoy es que no preocupa el comportamiento homosexual de los internos y sí la contención que los internos estén ?tranquilos?? para el personal, y que haya poco gasto para quien gestiona recursos en seguridad.

Muchos capellanes nos damos cuenta, como dice el Papa, que las cárceles pueden ser un espejo de sus sociedades; las que están muy enfermas en orden a lo perverso reproducen convivencias antinaturales entre hombres y mujeres, y después las censuran o no las ayudan a que se hagan estables. Son como el canal América que promueve a la mujer de un futbolista como ?objeto sexual?? y después la condena por que dicen que con sus fotos no sale de la violencia de género.

Las cárceles nos ayudan a los capellanes a comprender qué es el sacramento del matrimonio; no es algo que ?está bueno?? porque es heterosexual, ni es bueno porque sirve para tener hijos. Tampoco es bueno porque puede entretener o durar por un rato. Los presos distinguen claramente que es sexo ocasional (?cochecito??), o qué cosas o qué amores de lealtad tienen el gusto de lo eterno.

Ojalá que para aquellos amores, cuando sean de cinco estrellas, haya curas y pastores que estén allí para celebrar aquellas uniones.

En estas subculturas en las que se desarrollan algunas personalidades resilientes, yo he visto estas alianzas fe calidad; ojalá todos nos encontraramos en relaciones así.
Siempre recuerdo el último casamiento que hice en la unidad 31 de Florencio Varela, en el que le pregunté a un interno por qué se casaba con su antigua pareja de siempre. Me dijo que su mujer había estado siempre cuando se quedó sin trabajo, cuando puso el kiosco y lo quebró y cuando cayó preso. ¿ cómo quiere que no celebre lo único que en mi vida tiene el gusto de lo definitivo ?
Pensé en aquel momento si viendo aquellas ?alianzas resilientes?? algún día no nos humanizaríamos algo mas todos.

Padre Leonardo Belderrain. Bioeticista. Capellán sistema penitenciario Bonaerense te 0221-4731674