En este mundo de violencia, de corrupción, de miseria y de exclusión, ¿cómo participo en este proyecto de Dios que es Amor y Vida?
Cuáles son mis convicciones. ¿Por qué creo en mi vocación y soy feliz viviendo asi…?
En qué creo yo : – Creo en centrar mi vida solo en Jesús, volviendo al Evangelio; en una Iglesia a menudo conservadora y en regresión respecto al Concilio, tratando de vivir la « seguridad » y una moral más bien defensiva
– Crea en el intento de vivir la oración unida a la vida: vida como «himno» (al estilo de San Francisco), vida como intercesión y vida eucarística y pascual, con la convicción de que Dios tiene un camino invisible y misterioso de «salvación» para cada hombre en su vida concreta, por muy pobre y vulnerable que sea. Frente a una Fe a menudo intimista, carismática, lejos de la vida,
– Creo «en la grandeza de lo pequeño», la mística de lo cotidiano, en nuestra Iglesia a menudo demasiado triunfalista y que busca grandeza y visibilidad,
– Creo en el vivir con sencillez para que otros puedan vivir y en una solidaridad y comunidad de destino: «pobres ?con los pobres» para salir de la pobreza.; en un mundo tentado por el consumo y una Iglesia, en general más bien privilegiada,
– Me gusta vivir la gratuidad de la amistad y, a la vez, creo en la misteriosa fecundidad de mi vida entregada a pesar de y con mis «miserias».– En este mundo en el que casi todo es «interés» y «eficacia»,
– Creo en el vivir la unidad, la comunión, la misericordia, el perdón, la reconciliación y el respeto de cada persona tal como es y con su diferencia. En un mundo dividido, de «discriminación» y de «exclusión» política e ideológica,
– Creo en mi opción preferencial (no exclusiva) por los pobres. para que encuentren su autoestima («tú eres preciado a mis ojos») y una vida más humana y digna En nuestro mundo que aplasta y ahonda el foso entre ricos y pobres, incluso ahora en Cuba.
– Creo en el compartir la vida real de nuestra gente con sus dificultades, sus alegrías, sus miserias, «restricciones» y limitaciones. A la hora en la que en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad, muchos intentan huir del país o evadirse de las duras condiciones de vida, encuentro mucho sentido evangélico.
– Yo quiero afirmar el Absoluto _de_ Dios por medio de mí oración prolongada y silenciosa al igual que por estancias en soledad, frente a la incredulidad, la indiferencia y el sincretismo de nuestra sociedad.
Si, constato que muy a menudo por todas partes vamos a contracorriente en la Iglesia y la sociedad, puede que no aportemos mucho, pero puede que el crecimiento invisible del Reino pase por 1a «casa del pobre»…
No soy más que un pequeño signo, un pequeño grano y una humilde interpelación, pero tal vez no sea completamente inútil en el momento de un mundo postmoderno y una Iglesia postconciliar. Só1o Dios lo sabe… No es el momento para interrogarse sino para vivir.
Me uno a todos aquellos que, en el mundo, luchan, cada cual a su manera, por un verdadero «vivir juntos» y otra calidad de vida a todos los niveles: material, moral y espiritual
Mi única «obra» es amar: Amor y Amistad gratuitos por Jesús y por la gente de condición social humilde, trabajadores, etc.
El amor de Jesús me empuja a trabajar como El en el Proyecto del Padre: el Reino que es liberación y amor universal de hijos y de hermanos.
En seguimiento de Carlos de Foucauíd, mi pasión es por Jesús de Nazaret, esto marcará toda mi manera de vivir y de amar.
«Allí donde hay amor, allí está Dios».
Humberto, fraternidad Hermanos de Jesús en Cuba